Chaves, el declive del histórico socialista

El exbarón del PSOE, partido que presidió, estuvo al frente del Gobierno andaluz durante 19 años, fue vicepresidente del Gobierno de España y ocupó las carteras de Empleo y Cooperación Territorial.

Manuel Chaves durante su declaración en el juicio de la pieza política de los ERE.
Manuel Chaves durante su declaración en el juicio de la pieza política de los ERE.
Efe

El expresidente de la Junta Manuel Chaves, que este martes ha sido condenado por la Audiencia de Sevilla a nueve años de inhabilitación por el caso de los ERE falsos, es uno de los dirigentes históricos del socialismo español, estuvo al frente del Gobierno andaluz durante 19 años, fue vicepresidente del Gobierno de España y ministro de Empleo.

Chaves, nacido en Ceuta el 7 de julio de 1945 e hijo de militar, ha sido condenado en un caso que él llegó a definir como "una cuestión de tres o cuatro golfos", en una pieza política que también ha salpicado a otras 20 personas entre expresidentes, exconsejeros y exaltos cargos de los Gobiernos socialistas en Andalucía por un fraude de fondos públicos destinados a empresas con expedientes de regulación de empleo.

Amigo personal de Felipe González, con quien compartió despacho laboralista, Manuel Chaves ingresó en el PSOE en 1968 y fue uno de los inmortalizados, al final del franquismo, en la famosa "foto de la tortilla", tomada en unos pinares próximos a Sevilla con los integrantes del núcleo más próximo a González.

Doctor en Derecho del Trabajo

El expresidente andaluz, que es licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, donde impartió clases y se doctoró en Derecho del Trabajo, tuvo que dejar la política en junio de 2015 semanas después de la renuncia de José Antonio Griñán, que le sucedió al frente del Gobierno regional y que, a su vez, dio paso a Susana Díaz.

Chaves, que al igual que Griñán tuvo que dejar el partido tras la exigencia de Ciudadanos a Susana Díaz para votar su investidura en 2015, siempre ha tenido una excelente relación con su sucesor al frente de la Presidencia de la Junta que se enfrió posteriormente y al que llegó a confesar en algún momento: “Pepe, Susana nos ha matado. Es como si nos hubiera clavado un puñal”, según recoge el libro 'Delfines y Tiburones', del periodista Manuel Pérez Alcázar.

Fue elegido diputado nacional por Cádiz en las primeras elecciones de 1977 y reelegido en 1979, 1982, 1986 y 1989. Tras la segunda victoria socialista, en 1986 fue nombrado ministro de Trabajo, cargo del que cesó en abril de 1990 para ser candidato a la Presidencia de Andalucía en las autonómicas de junio.

La oposición le tildó entonces de "candidato a palos" por su resistencia inicial a ponerse al frente de la Junta, donde sustituyó, como cuarto presidente, a José Rodríguez de la Borbolla, en 1990, cargo en el que permaneció hasta 2009, y en el que impulsó la reforma del Estatuto de Autonomía.

Normalización del partido

En 1997 consiguió la normalización del partido al cerrar el enfrentamiento entre "guerristas" y "renovadores" con el apoyo de la Ejecutiva, lo que le valió el alejamiento del exvicepresidente Alfonso Guerra.

Posteriormente se hizo cargo de la gestora creada tras la dimisión del candidato a la Presidencia del Gobierno en 2000, Joaquín Almunia, tras la mayoría absoluta del PP, y en el consiguiente 35 Congreso del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido nuevo secretario general del partido y él, presidente.

Fue presidente del PSOE hasta 2012, mientras seguía al frente del partido en Andalucía (1994-2010) y de la Junta, donde las elecciones autonómicas de 2008 le volvieron a dar la presidencia y la tercera mayoría absoluta.

Pero en abril de 2009 vuelve al Gobierno central cuando Rodríguez Zapatero le nombra vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Cooperación Territorial. En 2011, fue nombrado vicepresidente de Política Territorial, y en las elecciones anticipadas de noviembre de ese año revalidó su escaño en el Congreso.

En 2015, tras ser inculpado por el Tribunal Supremo en el caso de los ERE, renunció a su escaño y, por tanto, a su condición de aforado.

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