Cada ladroncillo tiene su librillo

Simular un resfriado, pegar un chicle bajo el mostrador o recubrir el interior del bolso con papel de aluminio son algunas de las técnicas más utilizadas. Los ladrones pueden recurrir a plataformas como Youtube para inspirarse. 

Retrasan su robo a petición del dependiente de la tienda y al volver les espera la policía
Retrasan su robo a petición del dependiente de la tienda y al volver les espera la policía

La compra y devolución de prendas en las tiendas es una de las prácticas más habituales. A diario se adquieren y cambian por motivos de talla, color o porque son regalos que no gustan. Como se ha demostrado en los últimos días, también puede ser una táctica para despistar a las empresas y conseguir artículos por un precio menor o gratis. Por ejemplo, la vecina de Zaragoza que ideó un sistema de intercambio de etiquetas para renovar cada temporada su vestuario a coste cero. Una práctica que está penada, la Fiscalía solicitó una condena de quince meses de cárcel para la acusada.

El caso anterior, según defienden desde el comercio de proximidad, es más fácil llevarlo a cabo en grandes superficies. "En un establecimiento pequeño no se permiten cambios inadmisibles, al contrario que algunas grandes empresas", sostiene el dueño de una tienda de ropa del centro de Zaragoza que prefiere no desvelar el nombre. Este comerciante apunta que eso demuestra el respeto que existe entre el negocio y el cliente. Por su parte, algunas marcas y grandes almacenes consultados han preferido no pronunciarse.

Más allá de este tipo de picaresca, muy pensada, existen otros métodos más tradicionales y que se pueden aprender también a través de internet. En Youtube, por ejemplo, se pueden encontrar vídeos que muestran cómo maquillarse, los infalibles trucos para que la ropa quede más blanca o explicaciones sobre el uso de programas informáticos. También existen tutoriales sobre cómo robar. En poco más de dos minutos y medio un youtuber muestra paso a paso cómo quitar la chapa de seguridad que cuelga de las prendas sin dejar un roto. Un vídeo que acumula más de un millón de reproducciones.

Esa práctica es una de las que llevan a cabo los cacos, tras sacarlas de la tienda. El valor de las sustracciones que se consiguen con todas estas técnicas no superan los 400 euros, cuantía hasta la que se considera delito leve de hurto. Muchos comerciantes descartan entrar en pleitos porque no les sale rentable: "El problema está en la Ley también".

Así que optan por extremar las medidas de seguridad. Cámaras o arcos son algunas de las soluciones. Unas prácticas que también recomiendan desde las corredurías de seguros, tanto en caso de robo como de hurto.

Papel de aluminio

​Antes de arrancar la chapita de seguridad tienen que sacar la prenda de la tienda. Para ello forran el interior de sus mochilas o bolsos con varias capas de papel de aluminio. “Evitan el funcionamiento de los chips de seguridad, instalados en los artículos, al pasar por el arco detector de la puerta del establecimiento”, según explica una guía de comercio seguro editada por el Gobierno de España y la Policía Nacional. La solución ante esta mala práctica es estar atento ante comportamientos extraños.

1

Chicle

En las joyerías uno de los hurtos más usuales es el del chicle, tal y como se concreta en la guía. “El delincuente pega un chicle bajo el mostrador y cuando le muestran las piezas, hurta una y la pega en el chicle”. Cuando termina la exposición de las piezas, si el vendedor no se ha percatado, se retira la joya. Por ello, mostradores transparentes pueden ser una solución.

2

Capote

Los ladrones torean a los dependientes: uno le pregunta alguna cuestión que les obliga a salir del mostrador. “Con una bolsa de grandes dimensiones o similar le obstruye la visión del mismo, momento que el otro delincuente aprovecha para acceder a la parte posterior del mostrador y sustraer dinero u objetos”, detalla la guía.

3

Pañuelo

Existen resfriados que no dejan salir de la cama, sin embargo, otros son una tapadera. Los delincuentes pueden simular estar enfriados y también acusar una fuerte tos que despista a los vendedores. Utilizan el pañuelo para tapar y así hurtar el objeto. Como ante otros, es necesario extremar la vigilancia.

4

Mancha

Esta táctica se ejecuta en grupo y las víctimas no son los comercios. “Consiste en que uno de ellos tira un líquido (café, chocolate, etc.) sobre la ropa de la víctima y enseguida le ofrece ayuda para limpiarle, mostrándose muy preocupado y dando excusas de forma reiterada”. El ‘modus operandi’ culmina cuando se aprovecha ese descuido para sustraer alguna pertenencia.

5

Lámina de plástico

Cuando el establecimiento está abierto, colocan una lámina de plástico transparente encima de los detectores. Se trata de un elemento disimulado que es difícil de detectar a simple vista. “Esto hace que los detectores no funcionen correctamente y que los delincuentes puedan aprovechar el horario de cierre del establecimiento para acceder sin ser detectados por el sistema de alarma”, apuntan las fuentes oficiales.

6

En cifras, según el Ministerio del Interior, ha aumentado el número de hurtos en Aragón. Entre enero y marzo de 2018 se denunciaron 2.450 casos, frente a los 2.682 del mismo periodo en este año. Durante esos meses, en la provincia de Huesca se registraron 63 hurtos menos que en 2018 (227), 8 más en Teruel (105) y 283 más en la provincia zaragozana (2350).

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