Sentimientos recíprocos con Vox

Vox ha entrado en campaña a lo grande. Y su estrategia es la de siempre: la provocación. Lo hicieron este jueves, durante el minuto de silencio que la ciudad de Madrid dedicaba a una mujer asesinada por su marido ante sus dos hijas pequeñas. Se plantaron allí para romper esos 60 segundos de homenaje con una pancarta que exigía que a esa muerte se le cambiara el nombre.

¿Qué iluminado decidió que ese era el momento adecuado para cuestionar el reconocimiento a una forma de violencia específica que suma 42 muertes este año?

Ya no hablamos de política, hablamos de humanidad, de la educación más básica, esa que consiste simplemente en saber estar y en saber callar.

Vox también ha protestado por la elección de una joven de origen marroquí como reina de las fiestas de Otura, un pueblo granadino. La chica es española y se ha criado en la localidad, pero la formación de Abascal se plantea si no habría otra "otureña, española y más guapa". Como el comentario indignó a los vecinos, lo borraron, pero el daño está hecho.

Qué quieren que les diga, señores de Vox. Soy mujer y tengo un hijo negro que no nació en España. Su propuesta para este país me provoca miedo y desprecio. Creo que es lo que nosotros les inspiramos a ustedes.