Tercer Milenio

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política

Sánchez e Iglesias se sitúan al borde de la ruptura a horas de la votación clave

El PSOE airea los documentos de la negociación tras lanzar un ultimátum a Podemos en otra jornada de infarto.

Arranca la reunión entre Sánchez e Iglesias en Moncloa

Siempre cabe la sorpresa, y el PSOE y Podemos aún tienen hasta el mediodía de mañana para tratar de llegar a un acuerdo que salve la investidura, pero el clima con el que ayer acabaron las conversaciones entre ambos partidos hace augurar exactamente lo contrario. En torno a las nueve menos cuarto de la noche, el PSOE dio, de hecho, un paso que resulta casi definitivo. Después de haber prometido discreción, y de una "dura" conversación telefónica entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los socialistas optaron por hacer público un documento con las exigencias planteadas por sus hasta ahora socios. El gesto prueba nula voluntad o esperanza, según se mire, de reconducir la situación.

Podemos asegura que lo filtrado no era más que una propuesta "inicial" y, por lo tanto de máximos, para "poder debatir", pero no niega su autenticidad. En resumidas cuentas, lo que pretendía el partido izquerdista era asumir un largo listado de competencias sociales articuladas en torno a una vicepresidencia y cinco ministerios, dos que ya existen algo modificados (Transición Energética, Medioambiente y Derechos de los Animales, y Ciencia, Innovación, Universidades y EconomíaDigital) y otros tres de nueva creación (Derechos Sociales, Igualdad y Economía de los Cuidados; Trabajo, Seguridad Social y Lucha contra la Precariedad, y Justicia Fiscal y Lucha contra el Fraude).

En el PSOE no admiten que ya no haya nada que hacer, pero se muestran muy pesimistas. Y sobre todo, insisten en que para que algo cambie es Podemos quien debe "rectificar". Fuentes gubernamentales argumentan que el planteamiento expuesto por el partido de Iglesias habría equivalido a formar "un Gobierno dentro del Gobierno". Aseguran que Podemos no se ha movido ni un ápice de sus posiciones, desde que el sábado se iniciaron por fin las negociaciones de manera más organizada -tras la renuncia de su líder a entar en el Ejecutivo- y alegan que aceptar semejante cesión de poder sería una "ofensa"tanto a sus votantes como a sus valores.

Los socialistas también se apresuraron a sacar a la luz la que, según ellos, fue su última oferta en la negociación. De acuerdo con su versión, Sánchez ya había aceptado que Irene Montero fuera vicepresidenta de Asuntos Sociales y que en manos de Podemos recayeran tres ministerios: uno de Vivienda y Economía Social, que incluiría la actual secretaría general de Vivienda: el de Sanidad, Asuntos Sociales y Consumo (con la actual secretaría genreal de Sanidad y Consumo) y el Ministerio de Igualdad (con las competencias de la secretaría de Estado que ahora depende de Calvo).

La ofensiva comunicativa deja claro el deseo del PSOE de no ser responsabilizado de que la izquierda haya fracasado en su intento de formar el primer Gobierno de coalición desde la Segunda República; algo que durante las dos jornadas de debate del lunes y el martes en el Congreso habían empezado a echarle en cara grupos parlamentarios que ya habían mostrado su disposición a facilitar la investidura de Sánchez, fundamentalmente, el PNV y Esquerra Republicana. Es un parche frente a lo que pueda ocurrir en la votación de hoy, prevista para las 14:30 horas, después de haber generado enormes expectativas.

Oferta mejorada

El pasado sábado fue la vicesecretaria general y portavoz parlamentaria de los socialistas, Adriana Lastra, la que alentó la idea de que, eliminado el "escollo" (como lo definió el propio Sánchez) de que Iglesias entrara en el Consejo de Ministros, todo iría practicamente rodado. "Ahora estoy convencida de que sí va a haber acuerdo", dijo. El lunes, despues de un fin de semana infructuoso, llegó el primer jarro de agua fría para los supuestos "socios preferentes" con el discurso exento de guiños a Podemos con el que el secretario general del PSOE pidió la confianza de la Cámara baja. Y el martes el Gobierno en funciones trató de enmendarlo asegurando que haría una nueva oferta "mejorada" a los de Iglesias.

Esa mejora -la de los tres ministerios mencionados- es la que ayer Calvo puso encima de la mesa al líder del equipo negociador del partido morado, Pablo Echenique, en una reunión que comenzó en torno a las 12:00 del mediodía. A las 14:00 ya asomaron los primeros signos de que las cosas no habían ido bien. Los interlocutores se levantaron de la mesa. Según Podemos, aquello no era más que un "receso". Según los socialistas, algo más. "La propuesta ya está lanzada; ahora tienen que concluir en una dirección o en otra", avisaron a modo de ultimatum.

El cruce de mensajes entre Calvo y Echenique a lo largo de la tarde sirvió de poco. "Esto ya sólo se arregla por arriba", advertían en la Moncloa. A las 19:30 horas, Podemos informaba de la llamada de Sánchez e Iglesias parra confirmar que no estaba "dispuesto" a ceder competencias "ni en Trabajo ni en Hacienda,ni en Transición Ecológica ni en Igualdad". La guerra del relato ya estaba de nuevo en marcha.

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