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Iglesias advierte de que no aceptarán ser un "mero decorado en el Gobierno"

El líder de Podemos evidencia su malestar por las peticiones de Sánchez a PP y Ciudadanos para que se abstengan.

Pablo Iglesias en su turno de palabra durante la investidura.
Pablo Iglesias en su turno de palabra durante la investidura.
EFE

No lo disimuló. Pablo Iglesias subió este lunes muy molesto a la tribuna del Congreso. Si la situación, con unas negociaciones estancadas a dos días de la segunda votación de investidura, era tensa ya de por sí, los continuos llamamientos de Pedro Sánchez a PP y Ciudadanos para que le faciliten el camino con una abstención -que además dejaría a Podemos fuera del Ejecutivo- añadieron aún más leña al fuego. "Le digo por favor que no le pida la abstención también a Vox cuando intervenga el señor Abascal", llegó a ironizar el líder de Podemos. Tampoco gustó que el presidente en funciones plantease una reforma del artículo 99 de la Constitución para que gobierne la lista más votada, algo que se interpretó como una treta de Sánchez para asegurarse un gobierno en solitario.

Iglesias se mostró a lo largo de su intervención más como un enemigo que como un aliado. Que la relación entre los dos líderes políticos ha empeorado las últimas semanas es palpable. La luna de miel que se inició tras la moción de censura es cosa del pasado. El secretario general podemista recordó al PSOE que no tiene mayoría para gobernar. Así, desgranó que los socialistas cuentan con menos escaños que la suma de PP, Ciudadanos y Vox. Por eso, ha insistido durante los últimos meses y este lunes también, los socialistas necesitan de los 42 diputados de Unidas Podemos. Juntos no solo superan a la derecha, sino que se colocan a once escaños de una mayoría absoluta que pueden alcanzar con el beneplácito de Esquerra. "Digo yo que 165 diputados darán más estabilidad que 123, las matemáticas son así", resaltó.

Pero, según señaló el dirigente de la formación morada, los socialistas se resisten al pacto. "Si usted insiste en pedir el apoyo a la derecha hay mucha gente que va a pensar que usted solo quiere el poder y no formar un gobierno de izquierda", reprochó a su homólogo del PSOE antes de acusarle de plantear una excusa tras otra para impedir el avance de las negociaciones. La última de ellas habría sido el veto al propio Iglesias en el Consejo de Ministros, un paso al lado que Sánchez este lunes le agradeció en público. Pues bien, zanjó el afectado, con él fuera de la ecuación ya no existen motivos para rechazar una coalición en la que dirigentes de Unidas Podemos se hagan cargo de carteras con competencias sociales. El veto estuvo muy presente. Tanto que Iglesias, al que los portavoces de las confluencias agradecieron por su sacrificio, preguntó al líder socialista si haría lo mismo si algún día se lo exigen.

Los ministerios

La negociación contra reloj que comenzó el sábado estuvo muy presente en la intervención del secretario general podemista. La coalición izquierdista quiere estar en el Gobierno a toda costa. Es necesario para vigilar que se avance hacia la justicia fiscal, se acometa la transición ecológica, se aseguren unos sueldos dignos y se derogue la reforma laboral del PP o se regulen los precios del alquiler.

Trasladado a las exigencias de Podemos en el tira y afloja que mantiene con los socialistas, esto se traduce en Unidas Podemos se haga cargo de Hacienda, Transición Ecológica, Trabajo y Vivienda.Los han pedido para desarrollar las medidas del acuerdo programático, pero "nada", reveló Iglesias. "Respeten a nuestros 3,7 millones de votantes y no nos propongan ser un mero decorado en su Gobierno porque no lo podremos aceptar. Solo le pedimos respeto y reciprocidad", exigió.

La parte más dura vino al final. Llegó cuando Iglesias zanjó que no se dejarán "humillar ni pisotear". En definitiva, o a Unidas Podemos le da el PSOE los ministerios que quiere o en noviembre habrá repetición electoral. 

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