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Sánchez intentará someterse a la investidura: "No hay alternativa al PSOE" 

La próxima semana empezará los contactos con las tres principales fuerzas políticas, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos. El presidente del Gobierno en funciones también ha garantizado que tanto el PSOE como el PSN no van pactar nada con Bildu para formar el Gobierno navarro.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Efe

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha aceptado este jueves el encargo del Rey de ser el candidato a la investidura y de intentar sacarla adelante "cuanto antes" al "no haber mayoría alternativa al PSOE", si bien no ha desvelado en qué partidos buscará los apoyos.

Sánchez ha asegurado que asume con "honor y responsabilidad" el mandato de Felipe VI y con "una enorme gratitud" a la confianza de los ciudadanos para que trate de armar "un gobierno estable para los próximos cuatro años", para lo que ha apelado a la "responsabilidad" de Unidas Podemos, de PP y de Ciudadanos.

El líder del PSOE ha comparecido en el Palacio de La Moncloa después de que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, comunicara la propuesta del Jefe del Estado tras la ronda de consultas con los partidos y afirmara que es "bueno" que el pleno de investidura "se haga cuanto antes y prospere".

Como primera medida en la nueva página que se abre, Sánchez ha anunciado que la próxima semana iniciará una tanda de reuniones con todos los partidos, a los que ha pedido "altura de miras".

No ha dado pistas de si su plan pasa por un ejecutivo monocolor o en coalición con Unidas Podemos y se ha limitado a decir que aspira a "gobernar desde los valores progresistas que encarna el PSOE" y con la voluntad de construir "grandes consensos, dialogando con todas las fuerzas dentro del marco constitucional".

"No hay mayoría alternativa a la que propone el PSOE: o gobierna el PSOE o gobierna el PSOE", afirmó Sánchez, que añadió: "en consecuencia, es responsabilidad de todos" que la legislatura eche a andar, "singularmente", de los socialistas, de Unidas Podemos, "sin duda alguna", y de PP y de Ciudadanos. "Las cuatro fuerzas tenemos que encontrar ese punto de equilibrio a partir de cuales sean las posiciones de cada cual para facilitar la conformación de ese gobierno", ha remarcado.

Tras verse con el Rey y antes de conocerse su encargo a Sánchez, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha advertido que la única vía para contar con el apoyo de su grupo es que acepte una coalición por ser la única manera de garantizar estabilidad y de que se van a aplicar políticas progresistas. "Fuera del gobierno, es muy difícil que se cumplan los acuerdos", ha recelado Iglesias.

Ha revelado que no ha tenido ningún contacto con Sánchez desde hace dos semanas, lo que ha achacado a su sospecha de que "la opción preferida por el PSOE" sería que Cs facilitara su investidura.

Al contrario que hace tres años, cuando el líder de la formación morada llegó al Congreso rodeado de sus escuderos para proclamar que había comunicado a Felipe VI su propuesta de gobierno en coalición con Sánchez, incluyendo varios ministerios y el CNI, esta vez, ha comparecido solo y sin hablar de reparto de carteras.

Iglesias ha dado por hecho que si Sánchez quiere presentarse a la investidura, deberá llegar con "los deberes hechos", para lo que ha presagiado "semanas muy largas e intensas y con muchísimas presiones" por la incertidumbre y la complejidad del escenario político.

El PSOE cuenta con 123 escaños, que junto a los de Unidas Podemos (42), contabilizarían 165. Los socialistas llegarían a 173 con los seis escaños del PNV, el de Compromís y el del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y se beneficiarían de la decisión de los tres diputados presos de Juntx per Catalunya (JxCat) de no renunciar al acta a pesar de la suspensión, lo que implica que no pueden votar.

Con ello, Sánchez no sería presidente a la primera al no alcanzar la mayoría absoluta (PSOE), pero se situaría al borde en la segunda votación, en la que adoptarían un papel decisivo los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN).

En caso de que no votaran los tres diputados presos de JxCat, una abstención de los dos representantes de Navarra Suma -coalición de UPN, PP y Cs- haría presidente a Sánchez, siempre que el líder de ERC, Oriol Junqueras, también encarcelado y suspendido, mantenga el acta, pero no participe en la votación.

Si los dos diputados navarros rechazaran apoyar a Sánchez, habría un empate a 173, con lo que la investidura no prosperaría, todo ello si ERC y EH Bildu votaran en contra del líder del PSOE.

El presidente del PP, Pablo Casado, ha dicho que no pondría "ningún impedimento" de que UPN se pueda abstener en la investidura de Sánchez, siempre que los socialistas renuncien a intentar gobernar en la comunidad foral y faciliten que lo haga Navarra Suma.

El líder del PSOE se ha comprometido a "no pactar con Bildu", si bien no ha concretado si su partido en Navarra apoyaría a la coalición de UPN, PP y Cs.

Casado ha emplazado al jefe del Gobierno en funciones a que la negociación de la investidura "no se dilate" por "tacticismos", al no observar una situación de bloqueo que le impida formar gobierno con Unidas Podemos y otros socios o, incluso, con una abstención de Cs.

El líder de la formación naranja, Albert Rivera, ha descartado cualquier apoyo a Sánchez, al recordarle también que puede contar con los de Iglesias y "los socios de la moción de censura" para armar una mayoría.

No ha explicitado si Cs podría abstenerse, pero ha dado a entender que esta opción tampoco entra en sus planes, sino ejercer una oposición "firme, leal, constructiva y de Estado".

En la ronda con el Rey se ha estrenado el líder de Vox, Santiago Abascal, que ha reiterado que no apoyará al PSOE, aunque se ha mostrado dispuesto a secundar iniciativas encaminadas "a restaurar el orden constitucional en Cataluña" y aplicar el artículo 155.

Antes de Abascal, pasaron por el Palacio de la Zarzuela Jaume Asens (En Común Podem) y la portavoz de JxCat, Laura Borrás. Borrás ha llevado a Don Felipe una carta de su compañero Jordi Sánchez, a quien el Tribunal Supremo impidió participar en la ronda al estar preso por el 'procés'. En su condición de "voz y altavoz de los presos políticos", Borrás ha pedido "empatía" a Felipe VI hacia ellos y le ha dicho que "los catalanes no tienen Rey".

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