La investigadora del CSIC y creadora del primer exoesqueleto infantil para enfermedades neuromusculares degenerativas, Elena García Armada, ha afirmado este martes que el desarrollo de este proyecto va "más despacio" de lo esperado por la falta de financiación y problemas regulatorios y burocráticos.

La investigadora, que ha participado como nuevo miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha afirmado que el equipo que lidera tiene una "grandísima responsabilidad" con este proyecto por el "impacto social" que conlleva en niños con grandes problemas de movilidad.

"Tiene mucho impacto social, que es lo que nos motiva y empuja para trabajar, pero va más despacio de los que nos gustaría", ha puesto de manifiesto a preguntas de los periodistas.

Según ha explicado, la ralentización del proyecto se debe a impedimentos principalmente financieros, a los que se unen también trabas regulatorias y burocráticas que hacen que el "camino se complique".

Por otro lado, la investigadora ha asegurado que tiene puestas "muchas esperanzas" en el Ministerio de Ciencia, que en la última legislatura ha trabajado en analizar los problemas que tiene el país en la transferencia de tecnología.

El exoesqueleto para el tratamiento de dolencias infantiles, de 14 kilos y fabricado con aluminio, está diseñado para ayudar al paciente a caminar, en algunos casos por primera vez, y tiene un tamaño ajustable que permite que el exoesqueleto "crezca" con el niño.

Se ha empleado ya en hospitales como terapia de entrenamiento muscular para evitar efectos colaterales asociados a la pérdida de movilidad propia de enfermedades como la atrofia muscular espinal o las lesiones de la médula espinal.

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