Por
  • Marisancho Menjón

Historia oficial

Imagen del Cristo Pantócrator de Taull.
Imagen del Cristo Pantócrator de Taull.
HERALDO

Hace cien años se arrancaron las pinturas románicas de Mur, en Lérida. Nos cuentan que, seguidamente, fueron vendidas en Boston y que por eso la Junta de Museos de Barcelona compró al obispo de Urgel las demás pinturas murales que se conocían y se las llevó a la Ciudad Condal, donde hoy son la joya del MNAC. Fue una operación, por tanto, de salvamento ante la falta de leyes que las defendieran de su salida al extranjero.

El caso es que no fue así. El presidente de la entonces mancomunidad de Cataluña, Puig i Cadafalch, y el presidente de la Junta de Museos, Folch i Torres, tuvieron noticia de que las pinturas se iban a arrancar y no lo evitaron. No lo hicieron porque vieron la oportunidad de conseguir otros conjuntos murales románicos para su museo. Nadie entorpeció la operación en Mur; y las pinturas arrancadas se presentaron en Barcelona en 1919 entre grandes elogios hacia la técnica que permitía traspasar las pinturas. «Todo lo que hagamos para evitar que Mr. Pollak se lleve las pinturas, son dificultades que nos creamos nosotros mismos para ir a buscarlas mañana», escribía Folch i Torres en un informe. Por eso no dieron la voz de alarma, ni denunciaron lo ocurrido en la prensa: no les convenía. Es más, reconoce Folch que si se hacía saber que las pinturas eran valiosas, subirían de precio. El conjunto mural de Mur fue vendido a Boston en 1921. Para entonces ya hacía meses que estaban en Barcelona las pinturas de Taull, entre otras.

Dejen de vendernos historias edulcoradas y falsas. Dejen de intentar hacernos comulgar con la historia oficial.

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