política social, estado del bienestar, pensiones e igualdad
Las pensiones y el feminismo sacan a la luz bloques irreconciliables
Rivera enarbola la bandera social ante un PP y un PSOE al que responsabiliza de la baja natalidad.
Actuar, avanzar, impulsar, aprobar, dotar, garantizar. Anoche fue la fiesta de los verbos de la primera conjugación. Los votantes, en cambio, somos más de la tercera: digerir. Pero, en el fondo, todos perseguían el verbo rey de la segunda: convencer. Convencer a los indecisos y reafirmar a los convencidos.
Y lo intentaron. En política social, Rivera abrió fuego haciéndose el moderno padre de familia y acusando al PP y al PSOE (la vieja política frente a la nueva, según él) de tener la culpa de los índices de la baja natalidad en España. Pero, en cuanto pudo, sacó el tema de Cataluña, hablando de Sánchez y de sus socios los partidos nacionalistas y esgrimiendo una tarjeta de la Seguridad Social con una bandera de España tamaño XXL.
Iglesias a lo suyo: con la Constitución en la mano, fue a por las pensiones, que no hay que olvidar que hay 10 millones de jubilados que también votan. Pero como para gastar hay que recaudar, cuando le llegó el turno a Casado, el candidato del PP aprovechó para meter sus cuñas favoritas, a saber: que el Estado del bienestar está en riesgo con un gobierno de izquierdas, que el PP ya nos sacó de la crisis y que los únicos que tienen un programa económico decente son ellos.
Pedro Sánchez, mientras tanto, interpretaba su papel de hombre moderado, con una afectada sonrisa de estupefacción ante cada ataque. Habló de justicia social y de todos los logros que había conseguido el PSOE en diez meses, dándole las gracias a Unidas Podemos por su apoyo. Y han sido tantos los logros conseguidos, según Sánchez, que tuvo que tirar de folio para poder enumerarlos todos, del primero al último. Hasta que, al fin, llegó el comodín del público: la igualdad entre hombres y mujeres. En cuanto Rivera le dijo a Sánchez que se bajara del Falcon porque toda esa lista que acababa de leer no se correspondía con la realidad, Sánchez se salió por la tangente con el feminismo. Desde luego, los que han ganado en conciliación laboral han sido ellos: seguro que anoche no tuvieron problemas a la hora de dejar a los niños con alguien en casa. Será porque el verbo ‘cuidar’ lo seguimos conjugando nosotras.
