Los padres de un joven de 31 años que falleció repentinamente mientras conducía en La Coruña han recibido ahora una carta del Ayuntamiento de la ciudad que les pone una multa por mal aparcamiento. El joven murió de forma repentina en la madrugada del 6 de marzo y, al parecer, abandonó el vehículo sobre un paso de peatones en la calle de Pintor Joaquín Vaamonde. Su cuerpo ya sin vida fue hallado a pocos metros por la Policía Local, con los ojos abiertos, los labios amoratados y con la llave del coche en la mano, según informa 'La Voz de Galicia' en su página web. Ahora, su padre asegura que se resistirá a abonarla "hasta el final por una cuestión de dignidad. 

"Obviamente no son los doscientos euros de la multa lo que nos duele, es la falta de tacto que han tenido con nosotros", señala el progenitor al citado diario. Cuenta que la multa llegó a su nombre porque es el propietario del vehículo, y que la noche del fallecimiento de su hijo salieron a buscarlo en moto porque tardaba mucho en regresar. Cuando encontraron el coche y detuvieron la moto un policía les preguntó enseguida si eran los padres de quien conducía, entonces, les dio la noticia: "Se nos vino el mundo encima", recuerda el hombre. 

"Mi hijo aparcó donde le tocó morir, no sé qué ocurrió exactamente, pero obviamente dejó el coche allí por una urgencia y no es de recibo que ahora nos venga esta multa, es indignante, es como echar sal en una herida que tardaremos mucho en cicatrizar", explica el padre al citado diario gallego.