juicio del 'procés'

A vueltas con Toni

El protagonista accidental del 'juicio del procés' ha sido un desconocido, al que poco a poco se le va poniendo cara.

Juicio del procés
En la sesión ha comparecido como testigo Enric Vidal, el diseñador gráfico que mandó imprimir la publicidad del referéndum.
Efe

Por segundo día consecutivo, el protagonista accidental del juicio del 'procés' no ha sido Oriol Junqueras, ni Carles Puigdemont, ni tan solo la violencia del 20S o el 1-O, sino un desconocido al que, poco a poco, se va poniendo cara, 'un tal Toni'.

La sesión más corta (apenas una hora y media, entre mañana y tarde) de lo que va de juicio ha dejado diálogos dignos de una escena de los hermanos Marx en el interrogatorio al diseñador gráfico que mandó imprimir la publicidad del referéndum.

En el salón de plenos del Supremo aparece el testigo, Enric Vidal. Gafas de pasta, barba, mochila al hombro y sudadera, responde a las preguntas del fiscal Juan Moreno, que intenta desentrañar quién le encargó imprimir los famosos carteles de las vías de tren. Surrealismo judicial en estado puro, con Toni como epicentro:

- ¿Quién le llamó?

- Un tal Toni.

- ¿Y le dice que es un tal Toni?

- Sí.

Ya este lunes salió ese nombre de pila de boca de un responsable de Unipost, la empresa que enviaría las cartas censales del 1-O, incautadas por la Guardia Civil al igual que los carteles de Toni. Tampoco él sabía su apellido, ni su teléfono, era solo "ese señor que decía llamarse Toni" que contactaba con la gente para encargar trabajos de miles de euros.

Este martes, "ese señor Toni" ha pasado a ser "un tal Toni". El fiscal, en cada pregunta de respuesta imprecisa, vuelve a insistir en el "un tal Toni", y el testigo responde refiriéndose así también a él, provocando la risa del público.

- ¿No le preguntó algún dato más?

- No, como lo hago con muchos clientes el primer día que quedo con ellos.

- O sea, ¿un tal Toni y ya está?

- Un tal Toni.

Porque Vidal, que ha dicho no saber quién abonaría el encargo, ni cuánto le pagarían por intermediar en imprimir los carteles (ha negado que los diseñara), ni si Toni le llamaba de la Generalitat, quedó con él en un hotel, donde el desconocido le dio "un teléfono para hablar con él, un USB y ya está".

El testigo contactó con las tres imprentas que Toni le indicó para encargarles el trabajo. -"¿Le preguntaron algún dato más del tal Toni esas empresas?"

​ -"No". Según su versión, él solo hizo de intermediario entre Toni y las imprentas, pero no intentó cobrar el trabajo luego, ni siquiera sabía cuánto le iban a pagar.

-¿Por qué?

-"Después de ver el panorama uno no se esfuerza por lo que podría cobrar de este trabajo, como muchos otros, porque uno es autónomo...".

La Fiscalía sospecha que Toni es Antoni Molons, exsecretario de Difusión de la Generalitat, y como Vidal le vio en el hotel, le pregunta si sabe si realmente es él. Y Toni va tomando forma:

- ¿Conoce usted a Antoni Molons?

- No, ni lo conocía, aunque después por las noticias relacionas que podría ser esa persona.

- ¿Que podía ser Toni?

- Ese era Toni, una suposición mía pero por las noticias me baso.

- ¿Cómo por las noticias?

- Porque por las noticias ves a un señor, que no sé si lo detienen o no, que supones que es él.

- ¿Pero usted le había visto en el hotel Colón?

- Sí, pero veo a muchas personas, y no sé cuanto tiempo pasó. Las imágenes que puedes ver por la tele tampoco es que sean muy...

Vidal encargó el trabajo a tres empresas que le había dado el misterioso Toni. Lo hizo, "sin más", porque le parecía "equitativo que las tres imprimieran lo mismo".

Un trabajador de una de ellas que habló con Vidal de los carteles declara justo después y desbarata algunas de las afirmaciones del diseñador gráfico.

Dice Enric Marí, comercial de Artyplan, que recibió una llamada de Òmnium, "cliente histórico" de la imprenta, para pedir el presupuesto, "muy urgente". "Me dijo que era relacionado con el referéndum".

Luego le llamó el diseñador gráfico y le dijo que el trabajo (17.250 euros) lo pagaría la Generalitat. Además, le "comentó por encima" que la razón de dividirlo entre tres imprentas era disminuir los riesgos de que lo incautara la Guardia Civil.

Al final los carteles nunca se llegaron a repartir, según Marí. El diseñador gráfico dudó en cómo se haría la entrega -sincronizada con las otras dos empresas- en diferentes puntos de Tarragona, Girona, Lleida y Barcelona. "Lo comento con la empresa y decide parar".

Marí, en cualquier caso, no sabe quién es Toni. La incógnita sigue en el aire, quizás el propio Antoni Molons pueda resolverla cuando acuda a testificar al Supremo.

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