Gobernar no es resistir

Los secesionistas de Cataluña han logrado imponer parte de su relato y de su vocabulario a Pedro Sánchez. Eso lesiona a todo el país.

Pedro Sánchez recibió a Quim Torra a la entrada de La Moncloa
Pedro Sánchez recibió a Quim Torra a la entrada de La Moncloa
Moncloa

La peregrina idea de nombrar un ‘relator’ para el diálogo sobre Cataluña, un gesto del Gobierno para satisfacer a los independentistas a cambio de que aprueben los Presupuestos del Estado, ha soliviantado a buena parte de la clase política. Han saltado el PP, Ciudadanos y también numerosos dirigentes del PSOE, incluyendo al aragonés Javier Lambán. El del Ejecutivo es un grave error que debe rectificar.

Pedro Sánchez cedió de forma humillante al chantaje secesionista para mantener vivos sus Presupuestos justo el mismo día en que se dio a conocer la publicación de su libro ‘Manual de resistencia’. La resistencia a convocar elecciones, como él mismo prometió hace menos de un año en la moción de censura contra Mariano Rajoy; la resistencia a abandonar la Moncloa a pesar de su minoría parlamentaria, que lo tiene atado de pies y manos; y la resistencia a poner fin a su atolondrada e inútil política de apaciguamiento con el independentismo catalán ya le dan sobradamente para escribir el segundo volumen de sus memorias de resistente.

Sánchez ha optado por estirar su estrategia de aguantar y mantenerse en el poder a cualquier precio, a pesar del daño que está infligiendo a su partido, como advierten muchos socialistas. Pero aceptar el marco mental del separatismo, con un relator-mediador que sugiere la existencia de un conflicto internacional entre iguales, es ir demasiado lejos. Los secesionistas han logrado imponer parte de su relato y de su vocabulario. Eso lesiona a todo el país, como le señalan sus propios compañeros de partido. Imbuido del espíritu del superviviente, no aprecia que su proceder de apaciguador estéril solo sirve para dañar la imagen internacional de España. ¿Hasta cuándo piensa seguir humillando al Gobierno de España para contentar a los desleales? ¿Hasta dónde va a forzar las costuras del Estado para seguir en la Moncloa? Ya debería haber aprendido que gobernar no es resistir.