Cuéntame al revés

Con ciertas ideas que están circulando hoy en día por nuestro país, y que algunos pretenden que consideremos normales, se diría que estamos retrocediendo en el tiempo, como si estuviéramos viendo la serie ‘Cuéntame’, pero al revés.

Los protagonistas de la serie 'Cuéntame' de TVE.
Los protagonistas de la serie 'Cuéntame' de TVE.
TVE

Cuéntame al revés es ‘ematnéuc’, conjunto de letras que, obviamente, no significa nada. Por eso no quiero hablar de ello. El título de este artículo quiere decir otra cosa.

La exitosa serie de TVE, cuando comenzó, nos hizo recordar muchas situaciones de los años de nuestra infancia y de nuestra adolescencia. Independientemente de su desarrollo a lo largo del tiempo de sus muchos capítulos y temporadas, la serie tuvo un impacto en muchas personas que vivimos aquellos años. Años que parecían totalmente superados.

Si atendemos a lo que pasa en nuestro país, y en muchos otros de Europa, da la impresión de que los que creíamos en esta última frase estamos totalmente equivocados. Como científica experimental que soy, les propongo que lo comprobemos empíricamente.

Hace mucho tiempo que no se oían tantos argumentos contra la libre circulación de personas dentro de Europa. Después de la conformación de la Unión Europea, desplazarnos de un país a otro es, no solo muy sencillo, sino también muy habitual. A principios de los años setenta, cada estado vigilaba celosamente su frontera exigiendo controles y pasaportes a los ciudadanos, como si no tuviéramos ningún derecho a ir al país vecino y fueran los gobiernos los que nos concediesen esa prerrogativa. Hoy no falta en ningún país europeo un partido político que no proponga suspender el Acuerdo de Schengen.

El año 1975 fue declarado por la ONU el Año Internacional de la Mujer, reconociendo que nuestra situación era de clara discriminación con respecto a la de los hombres. En 1980 se eligió democráticamente en Islandia a la primera mujer como primera ministra de un país desarrollado. Tampoco faltan en nuestro entorno grupos y asociaciones que cuestionan la discriminación, comenzando por negar lo obvio, la violencia machista.

En España, a finales de los años setenta, los planes de estudio de la educación secundaria reformaron totalmente la enseñanza de la Filosofía, como historia del pensamiento humano, dejando atrás décadas de aristotelismo rancio y de escolástica. Santo Tomás, aunque sea un mal pareado, era uno más. Afortunadamente, en nuestro país todavía ocurre poco, pero tampoco nos faltan creacionistas y terraplanistas.

Durante esos primeros años setenta muchos españoles todavía tenían que coger sus maletas de cartón e ir a buscar empleo a los países de la Europa Central. Cada septiembre, miles de trabajadores cogían un tren para ir a la vendimia francesa donde, en unas semanas, conseguían más ingresos que en muchos meses en España. Y lo hacían con otros miles de portugueses y griegos. Los trenes al sur de Francia han vuelto a aparecer gracias a la crisis y no hay mucho que explicar con nuestros miles de jóvenes que marchan a encontrar una carrera profesional, pero ahora lo llamamos ‘españoles por el mundo’ en vez de emigración.

Dado que el artículo debe ser conciso, no es posible extenderse en más ejemplos, por lo que volveré al título. Para comprobar mi hipótesis, cámbiese el lector a televidente y vea nuevamente la serie ‘Cuéntame’, pero viendo los capítulos al revés, comenzando por los actuales y acabando por aquellos en los que la dictadura todavía era nuestra forma de gobierno.

Esto es lo que les quiero contar hoy, que estamos viviendo un tiempo ya vivido, un ‘déjà vu’, aunque algunos nos lo quieren vender como lo más moderno. No se trata de un día de la marmota en que estamos inmersos en un bucle permanente. No, no es esto, pues no implica no avanzar, sino retroceder. Se trata de volver a imponer valores que nunca beneficiaron a los ciudadanos. Buscan construir una sociedad de gentes más libres, según ellos, pero adoctrinadas y atenazadas por un pensamiento irreflexivamente acrítico, liberadas únicamente de su inteligencia, ya que ellos nos dirán todo lo que podemos y debemos hacer. Quién lo diría de los más acérrimos defensores del libre albedrío.

Hace algunas semanas escribí que iba a comenzar a ver la televisión en blanco y negro. Ahora veré ‘Cuéntame’ al revés. Todo un avance.

Ana Isabel Elduque es catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Zaragoza