La incoherencia de Echenique

El Juzgado de lo Social número 2 de Zaragoza ha ratificado la sanción de la Seguridad Social al secretario de Organización de Podemos por la contratación irregular de su asistente.

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique.
Pablo Echenique
HA

Una juez ha ratificado la sanción a Pablo Echenique por la contratación irregular de su asistente cuando residía en Zaragoza. En el caso del secretario de Organización de Podemos, que ha anunciado su intención de recurrir la resolución, a la multa se une la falta de ejemplaridad de quien, a la vez que tenía a su asistente sin Seguridad Social, abogaba por los derechos de los empleados del hogar.

En pleno cisma en Podemos por la ruptura entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, el número tres del partido morado añade una considerable ración de incoherencia política. Pocas horas después de reconocer que se había equivocado al decir que Errejón no dejaba su escaño en el Congreso de los Diputados porque «de algo tenía que vivir hasta mayo», ayer se aferró a su tesis de que él no es culpable de haber pagado en negro a la persona que le ayudaba por su minusvalía. Sin embargo, el Juzgado de lo Social número 2 de Zaragoza ha ratificado la sanción que le impuso la Seguridad Social por la contratación irregular de su asistente. La juez Ochoa confirma que hubo una relación laboral entre el político y el trabajador y, por tanto, la sanción de más de 1.000 euros por incumplir la ley al no haberle dado de alta.

El documento ético aprobado por Podemos en la última asamblea ciudadana de Vistalegre II establece que todos sus cargos públicos, internos o candidatos, tienen el compromiso de renunciar a su puesto "en caso de ser procesado o condenado" por delitos de corrupción, económicos, acoso sexual, violencias machistas, pederastia o maltrato infantil, así como los delitos contra los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Pero Echenique ha puesto una excusa legal ante la ratificación de la sanción y ni ha hablado de dimisión. Despiadado con la corrupción de los demás y feroz en el desprecio a algunos de sus compañeros, se pasea por los escenarios políticos y mediáticos con una especie de bula que, en realidad, no tiene.