Batalla contra la despoblación

El análisis es tan dramático como evidente: Aragón pierde población y la provincia de Teruel se confirma como un desierto demográfico.

Rubielos de la Cérida, en Teruel.
Rubielos de la Cérida, en Teruel.
Javier Escriche

Pese a que la rotundidad de los datos del padrón según el Instituto Nacional de Estadística (INE) no admite demasiadas interpretaciones -Aragón cuenta con 1.308.728 habitantes, 22 menos que en 2017- cabe analizar con optimismo el hecho de que una cuarta parte de los municipios de la Comunidad hayan logrado incrementar su población. Las razones son más que evidentes y hacen referencia a la actividad económica e industrial, las buenas comunicaciones e infraestructuras y la existencia de una serie de servicios básicos que logran asentar a la población

El análisis es tan dramático como evidente: Aragón pierde población y la provincia de Teruel se confirma como un desierto demográfico. Aunque las tres capitales de provincia lograron incrementar sus habitantes, el análisis global dibuja un panorama desolador que requiere ser corregido. Los datos oficiales, en cualquier caso, descubren que la tendencia puede revertirse cuando se aplican y se dan las medidas necesarias para evitar que los habitantes se vean obligados a hacer las maletas en el medio rural. La actividad industrial, como sinónimo de generación de riqueza y empleo, y la existencia de unos servicios básicos que permitan que una familia pueda desarrollar con normalidad su vida son los elementos clave para evitar la marcha. Los municipios aragoneses que crecen en población, una cuarta parte del total, lo hacen con cierta lógica cuando se descubre un futuro que garantice el asentamiento. En este sentido, conviene tener muy presente el enorme problema poblacional que se abre tras el anuncio de cierre de la central térmica de Andorra. Si no se comienzan a aplicar medidas urgentes para compensar la pérdida de empleos y habitantes no cabe ninguna duda de que el futuro de las cuencas mineras estará más que comprometido.