"El mar se ha llevado la vida de muy buena gente"

Manuel, Teófilo, Guillermo, Bernardino... Son mucho más que nombres, son las víctimas de una tragedia marítima en Costa da Morte, un lugar a veces llamado "cementerio de barcos"; hombres, uno de ellos desaparecido, considerados lobos de mar, su medio de vida, el que se ha cebado con "muy buena gente".

Esta ha sido la frase más repetida este mediodía en el minuto de silencio en su recuerdo, guardado en Cambados (Pontevedra), su tierra, ante la plaza del ayuntamiento, llena hasta los topes, y cuya estampa era la de la tristeza, lloros y suspiros ahogados, aparte de las frases entrecortadas, las que se pronuncian cuando la respiración está alterada por la congoja.

"Nadie muere del todo mientras permanezca en el recuerdo de otros", "estaban muy implicados en la vida del pueblo", "venían a pasar las Navidades con los suyos, como grandes padres de familia que eran", "no sabemos cómo esto ha podido pasar, porque la vuelta tras haber estado pescando en el Cantábrico la hacían bien, y el mar está mucho más picado en otras ocasiones"...

Estos son solamente algunos de los comentarios que, tras ese gesto en su honra, han podido escucharse, con el enigma del desencadenante de tal infortunio pendiente de esclarecer, aunque lo que ha llegado a esta vecindad es que la teoría más probable es la de un brutal golpe de mar en una zona con alerta amarilla por olas de entre cuatro y cinco metros.

"Ha debido pasar en un corto espacio de tiempo en el que no han podido reaccionar", ha dicho un hombre, que ha pedido anonimato, y que apenas podía contener el sollozo. Como él, todos; no en vano el acto ha sido de lo más emotivo.

La investigación está abierta y los supervivientes, seis, han de ofrecer su testimonio a la Guardia Civil, para tratar de entender la razón por la que este barco de cerco, que era la envidia del sector, robusto y muy cuidado, escoró y ya no pudo recuperar la estabilidad, con el saldo de víctimas que ya se conoce.

Salvamento Marítimo ha retomado a primera hora de esta mañana la búsqueda de Guillermo Casais, cuya familia no ha podido acudir a la convocatoria ante el consistorio local al encontrarse sin fuerzas y a la espera de noticias en casa.

En el rastreo se van relevando los medios aéreos; se ha retirado el Helimer 402 y se mantienen el helicóptero Cuco, de la Guardia Civil, y el avión Sasemar 102.

Los supervivientes, los que han conseguido "conservar" su existencia, porque esta es la palabra que utilizan en su entorno, lo han hecho después de una auténtica odisea, en la que han tenido que lanzarse al océano y nadar hasta conseguir llegar a los botes auxiliares, superando en su calvario de algún modo el miedo, que puede llegar a atenazar, y con el suficiente resuello por la consecución de un único objetivo: resistir.

El "Sen Querer Dos", propiedad de la empresa Vixa, con sede en Meaño (Pontevedra), no tenía a toda su tripulación a bordo, por lo que, debido a alguna baja, la dotación era menor de la habitual.

Los que han salido airosos después de padecer la furia del océano llevarán en su rostro la tristeza inconsolable por la pérdida de sus compañeros y, los que no estaban, la noticia, difícil de asimilar, y mucho más de cicatrizar.

Amarga memoria.