Guerra de nervios en el PSOE

Los barones socialistas endurecen su discurso contra los independentistas de Cataluña.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez en el congreso de los diputados

No es extraño que algunos dirigentes territoriales del PSOE muestren abiertamente sus discrepancias con el Gobierno respecto a la situación de Cataluña. La política de mano tendida seguida por Sánchez no ha servido para reconducir al independentismo al marco constitucional y, por añadidura, los resultados de Andalucía anuncian que los socialistas pueden pagar un algo coste electoral.

Las declaraciones de algunos barones del PSOE, como Javier Lambán, muestran que se está ensanchando la fractura interna del partido a causa de la política respecto al independentismo catalán. La línea de Pedro Sánchez ofrecía desde el primer momento muchas dudas y el tiempo está demostrando que no ha dado resultados. Las palabras del presidente de la Generalitat siguen instaladas en la radicalidad y en la apuesta por una vía unilateral que coquetea sin tapujos con la subversión. Y muchos ciudadanos perciben que la reacción del Gobierno resulta demasiado tibia, lo que choca con el espíritu de defensa de la Constitución que ha sido y que debe seguir siendo una seña de identidad del PSOE. Esto le puede suponer al partido una seria penalización en las próximas elecciones locales. De ahí la inquietud de los barones y su apuesta por una política de mayor firmeza frente al secesionismo. En todo caso, la agudización del conflicto interno en uno de los partidos clave del sistema democrático no facilita que el problema catalán se encauce de manera efectiva. Y la mera elevación del tono, con propuestas drásticas que requerirían mayor estudio y sosiego –como la posible ilegalización de partidos separatistas–, tampoco es la primera de las recetas, pues con carácter previo se pueden convocar elecciones huyendo del apoyo de los secesionistas. Para hacer frente al independetismo es necesaria una firmeza que se apoye siempre en la legalidad y que suscite el respaldo de los partidos y de los ciudadanos que creen en la unidad de España y en la democracia constitucional.