Sánchez abre en canal al PSOE

La política de Sánchez ha vuelto a generar una profunda división en su partido.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Juan Carlos Hidalgo / Efe

Es la segunda que vez que el secretario general del PSOE abre en canal al partido y genera una división de profundo calado. Se temía desde que ganó una moción de censura justificada con aquellos de los que renegaba en público y pactaba de solapadillo: Podemos, al que acusaba de populista, y los nacionalistas e independentistas vascos y catalanes que ya habían intentado la ruptura unilateral. La primera vez acabó con el fatídico comité federal del 1 de octubre de 2016 en el que, tras la rebelión de la mayoría ante su intento de pactar con los secesionistas, presentó su dimisión. Y ahora, cuando, tras lograr en julio de 2018 lo que no pudo dos años antes, las urnas en Andalucía le han dejado sin argumentos ante la escalada del pulso y de la violencia callejera en Cataluña.

Pedro Sánchez, que ganó unas primarias con el apoyo de la mayoría de los afiliados, lo que debería servir de reflexión a la militancia socialista, no ha sabido gestionar esa confianza ni sortear las trampas de los secesionistas y de Podemos.

El descontrol de la crisis en Cataluña, el resultado andaluz, la cercanía de las autonómicas y municipales y la pésima gestión de parte de su Gobierno (Calvo, Ribera, Delgado, Guirao, Robles, Celaá...) han terminado de explotar las tensiones en el partido, en la dirección y en el grupo del Congreso, donde hay una clara animadversión contra los diputados de las federaciones críticas. Sánchez ha cruzado las líneas rojas que prometió respetar. Ha perdido su credibilidad y ha dejado la del PSOE bajo mínimos. Una crítica situación para el país y para un partido fundamental en el progreso social, político y económico de España.