El PSOE lanza una ofensiva contra PP y Cs por "abrazar" a Vox en Andalucía

PP y Cs comienzan este jueves las reuniones del grupo de trabajo para analizar las propuestas de cada partido.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez.
El PSOE lanza una ofensiva contra PP y Cs por "abrazar" a Vox en Andalucía
Efe

Dirigentes del PSOE y de los gobiernos central y autonómico han lanzado este miércoles, en plena negociación del pacto en Andalucía entre el PP y Ciudadanos, una ofensiva contra ambos partidos, a los que acusan de "abrazar" a la "ultraderecha" de Vox para alcanzar el Ejecutivo de la comunidad.

PP y Cs comienzan este jueves las reuniones del grupo de trabajo entre ambas formaciones para analizar las propuestas de cada partido, con la intención de buscar un acuerdo programático que sea la base de un pacto de gobierno y que permita desalojar al PSOE de la Junta.

Los socialistas se han posicionado desde el Congreso de los Diputados, donde el presidente, Pedro Sánchez, pidió a PP y Cs que digan "con luz y taquígrafos" que están pactando con Vox para poder quitar el gobierno de Andalucía al PSOE.

"Que lo sepa toda España: si es por Ciudadanos, el PP, Cs y Vox gobernarán en todas las instituciones públicas", ha advertido.

En la misma línea se ha pronunciado la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, quien ha sostenido que el pacto que se vislumbra entre el PP, Cs y Vox para gobernar en Andalucía refleja que a la derecha "no le importa España", sino que solo le importa "repartirse el botín".

Esta posición del PSOE coincide con la de la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, que este miércoles no se ha pronunciado, aunque el vicepresidente en funciones, Manuel Jiménez Barrios, y el miembro de la Ejecutiva del PSOE-A Miguel Ángel Heredia han denunciado que los populares y los naranjas "escondan" a Vox en las negociaciones con la intención de "engañar" a los andaluces.

Un día después del primer contacto oficial entre PP y Ciudadanos, Vox ha entrado en escena para reclamar un papel protagonista en las negociaciones sobre la investidura, ya que sus votos son la llave para garantizar la eventual elección del popular Juanma Moreno.

"No seremos alfombra para la continuidad del socialismo con otras siglas", han advertido los líderes de Vox en España, Santiago Abascal, y en Andalucía, Francisco Serrano.

En este contexto, PP y Ciudadanos comienzan mañana los encuentros del grupo de trabajo que han creado para buscar un "acuerdo programático", reuniones que no serán abiertas a los medios de comunicación, salvo la del próximo lunes, similar a la que mantuvieron ayer los grupos "negociadores" y que les sirvió para constatar que había voluntad de acuerdo.

Ambos partidos persiguen un acuerdo global, que suponga primero un pacto en los programas, después en la Mesa del Parlamento -que se constituirá el 27 de diciembre- y finalmente para la composición del Gobierno.

Comparten muchas medidas en sus programas electorales, en asuntos económicos y de transparencia, que serán los ejes sobre los que gire un posible pacto.

La bajada de impuestos ha sido durante la campaña una de las promesas estrella de ambas formaciones, con una rebaja del tramo autonómico del IRPF y con la bonificación casi en su totalidad del Impuesto de Sucesiones y Donaciones como medidas principales de ambos partidos, dentro de una reforma fiscal más amplia.

Además, coinciden en proponer reformas para los autónomos, con una ampliación de la tarifa plana y con bonificaciones fiscales, y en simplificar los trámites para crear empresas y llevar a cabo una reducción de las trabas administrativas.

En materia de regeneración democrática, los dos partidos pretenden poner en marcha una auditoría de las cuentas públicas y defienden la reducción de "la administración paralela", según el PP, y de las "fundaciones fantasma", según Cs.

Ciudadanos mantendrá su exigencia de eliminar los aforamientos, que le llevó a romper el acuerdo de investidura con el PSOE, un asunto sobre el que el PP no se manifiesta en su programa y que ahora deriva a una decisión de carácter nacional, aunque los populares ya lo propusieron en las elecciones autonómicas del 2015.

Antes de la investidura, el Parlamento deberá afrontar la disputa por el control de la Mesa de la Cámara que requerirá el acuerdo entre los bloques de derecha e izquierda.

El control de la Mesa, teniendo en cuenta la fraccionada representación en cinco grupos, será decisiva para un gobierno de coalición en minoría (PP y Ciudadanos), que necesitará del apoyo puntual de Vox para tramitar leyes y presupuestos.

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