El Gobierno hace un último intento ante el Vaticano para evitar que Franco sea enterrado en el centro de Madrid

La vicepresidenta se reúne mañana con el secretario de Estado de la Santa. Sede para abordar la inhumación del dictador y otros asuntos.

La Catedral de La Almudena (Madrid).
La Catedral de La Almudena (Madrid)

Aunque no tenga mucha fe, el Gobierno intentará que el Vaticano sea sensible a sus deseos de evitar que los restos de Francisco Franco sean enterrados en el centro de Madrid. La vicepresidenta Carmen Calvo se reunirá mañana con el secretario de la Santa Sede, Pietro Parolin, con una "larga lista" de asuntos para tratar, entre ellos el destino del cadáver del dictador.

El Gobierno está casi resignado a que Franco descanse en la tumba familiar de la cripta de la catedral de la Almudena una vez que sea exhumado de la basílica del Valle de los Caídos. La Moncloa quiere efectuar el traslado antes de fin de año, y la familia del dictador, que se opuso en un principio, ha aceptado hacerse cargo de los restos para que sean inhumados en la catedral, situada al lado del Palacio Real.

El Vaticano, sin embargo, no parece que vaya a plegarse a los deseos gubernamentales y su postura será la mantenida por el Arzobispado de Madrid, que ya ha anunciado que no hará nada para evitar el entierro "de un cristiano" en el templo. El cardenal de Madrid, Carlos Osoro, ha apuntado que la Iglesia no va a poner "inconvenientes" al entierro en la tumba que compró la familia Franco en 1987 por el equivalente a 150.000 euros, y en la que yacen los restos de la hija del dictador, Carmen, y su yerno, el marqués de Villaverde.

Los temores gubernamentales son que la catedral se convierta en foco de peregrinación para los nostálgicos del franquismo y de la extrema derecha, y sea una fuente de conflictos de orden público. Pero se siente con las manos atadas. Ya lo dijo la vicepresidenta en una conversación informal el pasado 12 de octubre: "No podemos decidir dónde van los restos. No depende de nosotros". Calvo reconoció que no iba a "decirle a la Iglesia qué puede o no puede hacer". El propio Pedro Sánchez intentó restar importancia en el Congreso a un traslado que se como inevitable y subrayó que "lo importante es que el dictador salga de un espacio que pertenece al Estado".

Contenedor amarillo

El Gobierno "se ha pegado un tiro en el pie" y los nietos del dictador "le han colado un gol por la escuadra", dicen numerosos socialistas disconformes con que la sepultura del dictador abandone el Valle de los Caídos, a 50 kilómetros de Madrid, para que sean homenajeados por sus incondicionales en el centro de la capital. La entrada a la cripta de la Almudena cuesta un euro y ahora recibe una media de 800 visitas al día, según los datos del Arzobispado de Madrid, una cifra que es previsible que se dispare con el traslado de Franco. Aunque la inhumación aún no se ha producido, este sábado se celebró una manifestación contraria al traslado desde la Puerta del Sol hasta la catedral con el lema "los restos del caudillo al contenedor amarillo".

Pero el destino del cadáver del dictador no será el único tema de la agenda de Calvo y Parolin. La Moncloa informó de que las inmatriculaciones de miles de bienes inmobiliarios por parte de la Iglesia, las clases de Religión, los 40 años del Concordato entre España y la Santa Sede también serán abordados en el encuentro.

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