Derecho al descuido

La política española está dando un tratamiento contradictorio a la falta de honradez académica.

Se intenta justificar la deshonestidad con una especie de 'derecho al descuido'.
Se intenta justificar la deshonestidad con una especie de 'derecho al descuido'.

Hasta la fecha, el uso de las fuentes en un trabajo académico ha venido teniendo importantes implicaciones materiales, formales y éticas. Por una parte, se trata de aprovechar bien los recursos bibliográficos y documentales que requiere el asunto estudiado. Por otra, tales recursos han de ser correctamente citados, conforme a un sistema normalizado. En cuanto a la vertiente ética, relacionada con la originalidad y con la propiedad intelectual, despliega, a su vez, como lo evidencia la actualidad española, consecuencias legales e incluso políticas.

Hoy por hoy, cuando abordo esta delicada cuestión con el alumnado, me limito a informar del artículo 30 del ‘Reglamento de Normas de Evaluación del Aprendizaje de la Universidad de Zaragoza’, donde se prohíbe el plagio y se establece que este fraude puede acarrear graves medidas disciplinarias. Al mismo tiempo, trato de hacer ver, a quien sirvo de tutor, que, para no apropiarse del trabajo ajeno, la cosa es bien sencilla, pues basta con dejar clara la autoría que corresponda. La finura estilística viene después. Al fin y al cabo, las comillas y las notas bibliográficas al texto son solo formalidades útiles.

Sin embargo, el tratamiento contradictorio que la política española está dando a la falta de honradez académica me tiene algo confundido, incluso en términos de género, ya que dicha falta ha hecho dimitir a una presidenta de la Comunidad de Madrid y a una ministra de Sanidad, mientras que, en el lado masculino, el Partido Popular ha elegido como líder a un señor que aprobó media carrera de Derecho en un verano y el presidente del Gobierno del que cayó la mencionada ministra está alegando la eximente de descuido subsanable, para no dimitir él, tras saberse que su tesis doctoral y un libro del que es coautor incurren en plagio.

Respecto a esto último, por lo que atañe a mi docencia, necesito tener más claro este novedoso derecho al descuido, al que, tras la estela presidencial, siempre habrá quien se acoja.

jusoz@unizar.es