Políticos presos

Deberían actuar con más prudencia. Los ministros de Sánchez, tan proclives a rectificar, se han coordinado por primera vez para posicionarse contra el encarcelamiento de los políticos presos catalanes, aquellos que desobedecieron al Tribunal Constitucional una y otra vez y que se serán juzgados por sus presuntos delitos de rebelión. Un Estado de derecho debe marcar con claridad las líneas de separación entre la acción ejecutiva, la legislativa y la judicial, por lo que resulta preocupante que tanto Borrell como Calvo expresen, desde su responsabilidad, una indisimulada querencia al excarcelamiento de quienes no les tembló el pulso para proclamar la independencia desde un parlamento autonómico emanado de la propia Constitución, algo que habitualmente se olvida. Con el antecedente de Puigdemont, huido, parece bastante más sensata la decisión judicial que los deseos del Ejecutivo de Sánchez, atrapado por la necesidad de contentar a quien le debe, sencillamente, su acceso a la Moncloa. La solución para Cataluña nunca podrá pasar por someter a todo un Estado a los caprichos de quienes quisieron romper España e insisten en ello.