Por
  • Víctor Orcástegui

No es casualidad

La gente quiere una clase política más preparada, pero de verdad.
La gente quiere una clase política más preparada, pero de verdad.

Cuántas veces tantos ciudadanos españoles habrán clamado contra la falta de preparación de muchos de los políticos que se ocupaban de gestionar los asuntos de todos! Al menos, pensaba y decía la opinión pública, que se formen primero adecuadamente para comprender la tarea que van a tener entre manos. Y, por lo que parece, el mensaje llegó a las alturas y caló. Solo que, según vamos viendo, más de uno reaccionó al mismo de manera torticera. No puede ser casualidad que cuatro personalidades situadas en la primera fila de la política nacional -Cifuentes, Casado, Montón y Sánchez- hayan visto en los últimos meses cómo se ponían en cuestión, con razones de peso, sus méritos académicos. Solo cabe deducir que inflar el currículo de manera artificial ha sido una práctica frecuente entre quienes pretendían hacer carrera política. La gente quiere políticos preparados, pues los va a tener, debieron decirse unos cuantos, aunque los títulos exhibidos con tanto aplomo solo contengan aire de burbuja. En democracia, los ciudadanos tenemos cierta capacidad para marcar el camino. Pero los políticos -algunos- tienen un don infinito para buscarse atajos.