El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, ha afirmado este miércoles que si lo que sucedió en el Parlamento catalán los días 6 y 7 de septiembre de 2017 hubiese pasado en la Hungría de Viktor Orban "toda Europa habría puesto el grito en el cielo". De hecho, cree que seguramente habría sido "un argumento más" para activar el proceso sancionador contra este país.

Borrell se ha expresado así en declaraciones a la Cadena Ser, desde Estrasburgo (Francia), poco antes de que la Eurocámara haya votado a favor de pedir que se aplique a Hungría el artículo 7 del Tratado de la UE por amenazar el Estado de Derecho. Si los Gobiernos deciden finalmente aplicar el artículo, esto podría llevar a suspender el derecho a voto de Hungría en la toma de decisiones del Consejo.

Preguntado por la posición del PP -el PPE, al que pertenece Orban, ha dado libertad de voto y los 'populares' españoles se han abstenido-, Borrell ha respondido que cada partido se comporta como le parece oportuno. Eso sí, ha insistido en que si en la Hungría de Orban hubiera sucedido lo que pasó en Cataluña hace un año "los gritos se hubieran oído hasta en Sebastopol".

Es más, ha defendido que lo sucedido esos días es "el ejemplo paradigmático de cómo no se puede funcionar en el Parlamento por mucha mayoría que se tenga", porque las mayorías solo pueden actuar en el marco de las normas.

El independentismo quiere olvidar "esos días bochornosos"

"No pueden saltar las normas o hacerlas a su medida, como ocurrió en esos días bochornosos en el Parlament de Cataluña. Por eso los independentistas no quieren hablar de eso, quieren olvidarlo", ha advertido.

Los días 6 y 7 de septiembre de 2017 el Parlament aprobó la convocatoria del referéndum del 1 de octubre y la ley de transitoriedad jurídica, con una reforma exprés del reglamento en contra de la opinión de los letrados de la Cámara.

Ese día, ha dicho Borrell, la mayoría "arrolló" los derechos de la minoría y fue "algo parecido" a lo que está sucediendo ahora en Hungría con quienes "se creen que con las mayorías pueden hacer lo que les dé la gana". Para muchos, ha continuado, lo que sucede en Budapest es "un caso paradigmático" de un comportamiento que "para muchos se distancia de las erglas de funcionamiento de la democracia liberal".

"Por mucha mayoría que haya hay cosas que no se pueden hacer, como actuar fuera de la Constitución", ha insistido, "no se puede actuar como si se hubiera reformado, o ignorarla". Según ha dicho, de esto habló el martes con el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, que "fue muy claro" al decir que España es un Estado de Derecho y que "fuera de la Constitución "es el caos".

La petición del Parlamento Europeo sobre Hungría necesita ahora el acuerdo unánime de los Gobiernos europeos, así que el ministro ha reconocido que es difícil que finalmente se produzca. Eso sí, ha saludado que la UE disponga de estos mecanismos para "corregir las desviaciones en el uso del poder".

Lapsus con los presos

En cuanto a la multitudinaria manifestación independentista con motivo de la Diada, ha señalado que el independentismo "utiliza el día que es la fiesta de todos para expresar su reivindicación" y ya se sabe que hay más de un millón de personas a favor de la independencia "por las distintas votaciones que se han producido".

En esta ocasión, cree que la existencia de "lo que ellos llaman presos políticos" -según ha puntualizado tras un lapsus- ha generado "más reivindicación y movilización".

Así, está convencido de que "no hay nada nuevo", sino que lo que se vio este martes es lo mismo que el año pasado y volverá a verse el que viene, porque "no es un problema que se vaya a resolver en un año", sino que deberá resolverse, como está intentando el Gobierno, "con voluntad política de diálogo y de negociación".