Por
  • José Javier Rueda

La claque

Quim Torra recibe el aplauso de los suyos en el Teatro Nacional de Cataluña, en Barcelona
Quim Torra recibe el aplauso de los suyos en el Teatro Nacional de Cataluña, en Barcelona
EFE / Marta Pérez

En un teatro, cuando el público se levanta para aplaudir significa que la obra ha gustado. Pero puede ser que no sea así. Existe un estudio científico (John H. Miller y Scott E. Page) que explica cómo es posible que un auditorio acabe aplaudiendo, aunque la mayoría no haya disfrutado de la obra. Depende de la disposición del público: si quienes se levantan están al fondo de la sala, su gesto pasa inadvertido; pero si ocupan las primeras filas, quienes estén justo detrás creerán que todo el mundo está erguido menos ellos. El estudio demostró que la ovación en pie se da incluso cuando la representación solo convence al 30% del auditorio.

Torra está siguiendo esta estrategia. En vez de acudir al Parlament (que sigue cerrado desde antes del verano) para presentar sus planes para Cataluña, lo hace en un teatro. No quiere seguir el procedimiento habitual y reglado en todas las democracias. Se limita a pronunciar un discurso sin que nadie pueda replicarle, aunque lo que anuncia deba exponerse, debatirse y aprobarse o rechazarse en el Parlamento Es ahí donde reside la soberanía popular, no en un teatro abarrotado de fieles para hacer la claque.