España es uno de los países europeos con límites de velocidad más elevados, pero no es el primero que se plantea reducirlos o aumentar los radares para reducir la tasa de mortalidad en las carreteras.

La propuesta surgió a raíz del balance de fallecidos en las carreteras este verano, que fue de 259 muertos, 34 más que el año pasado, lo que representa un incremento del 15 %.

En carreteras convencionales España figura junto con Rumanía, Polonia, Irlanda, Alemania y Austria en el grupo de países que mantienen los 100 km/h, mientras que a 90 km/h como tope circulan ya belgas, croatas, checos, búlgaros y griegos y, más despacio, a 80 km/h, en Suiza, Noruega, Holanda, Malta, Francia, Finlandia o Dinamarca.

La situación en Europa es la siguiente:

FRANCIA.- Desde que el pasado 1 de julio entró en vigor en Francia la nueva ley sobre limitación de velocidad a 80 km/h en las vías secundarias, la tasa de mortalidad el pasado julio bajó un 5,5 % respecto al mismo periodo de 2017, según el Observatorio Nacional Interministerial de Seguridad Vial (ONISR).

Esta tasa ya venía decreciendo antes de la polémica restricción de la velocidad.

REINO UNIDO: Los límites de velocidad varían en función del tipo de vehículo y de calzada. Los turismos pueden circular a un máximo de 30 km/h por vías urbanas, a 96 km/h por carreteras de un carril y a un máximo de 112 km/h por calzadas de dos carriles y autopistas.

Esos 112 km/h es el máximo al que se puede circular con cualquier vehículo y en cualquier tipo de vía en el Reino Unido.

IRLANDA: Existen cinco límites de velocidad en función del tipo de carretera por la que se circule. En vías urbanas el límite es de 50 km/h, en las regionales alcanza los 80 km/h, en las nacionales asciende a 100 km/h y en las autopistas a un máximo de 120 km/h.

Existen además una serie de límites especiales fijados en 30 o 60 km/h para determinadas zonas urbanas, como por ejemplo cerca de colegios.

ITALIA: El límite máximo de velocidad para autopistas y autovías es de 130 km/h, aunque baja a 110 km/h si hay mal tiempo.

En las carreteras convencionales se puede circular a una velocidad de hasta 110 km/h en situación normal y de 90 km/h en caso de mal tiempo.

Y en el caso de las vías secundarias, la velocidad máxima es de 90 km/h, mientras que en ciudad es de 50 km/h.

GRECIA: El límite de velocidad en carretera es de 50 km/h y en autopista de 120 km/h, con algunas excepciones, en las que se permiten los 130 km/h.

En los últimos años no se han modificado estas reglas y, aunque las multas son en teoría draconianas, los controles de velocidad no están tan extendidos como en otros países.

La siniestralidad es elevada, no solo por el exceso de velocidad, sino también por el mal estado de muchas carreteras.

BÉLGICA: Los límites varían en función de qué administración sea responsable de la carretera.

En la mitad sur y francófona del país las vías convencionales regionales generalmente tienen un límite de 90 km/h, mientras que, en la mitad norte y flamenca el límite para ese tipo de vías se redujo en 2017 de 90 a 70 km/hora.

Esa iniciativa buscaba reducir el número de accidentes pero también la contaminación del aire y sonora.

PORTUGAL: El límite máximo de velocidad en las autopistas y autovías se ha mantenido desde la década de los 70 en los 120 km/h, mientras que en las vías secundarias varía entre los 90 y los 100 km/h y en las urbanas se sitúa en 50 km/h.

El aumento de los atropellos dentro de las ciudades, que en 2017 marcó máximos de una década, llevó al Gobierno a plantear que una solución podría ser reducir el límite de velocidad dentro de las localidades a 30 km/h, aunque todavía no se ha dado ningún paso al respecto.

ALEMANIA: Hay un límite de velocidad de 50 km/h para la circulación en el interior de poblaciones aunque también hay zonas en la que el tope es de 30 km/h.

En carreteras nacionales el límite es de 100 km/h para vehículos de hasta 3,5 toneladas, mientras que para camiones de hasta 7,5 toneladas baja a 80 km/h y para vehículos más pesados a 60 km/h.

En las autopistas no hay un límite de velocidad generalizado, aunque en muchos trayectos se imponen por diversas razones, que pueden ir desde obras que se realizan en la vía hasta la consideración de un tramo como especialmente peligroso.

AUSTRIA: La velocidad está limitada a 100 km/h en carretera y a 130 km/h en las autopistas, limitaciones que rigen desde 1974, cuando fueron impuestas, sobre todo, para ahorrar energía.

Con 413 muertes, 2017 fue hasta ahora el año con el número más bajo de víctimas por accidentes de tráfico desde que se comenzó a llevar un registro en 1950.

El Gobierno estudia la posibilidad de elevar hasta 140 km/h el límite en las autopistas, para lo cual permite, a modo de prueba, desde el 1 de agosto pasado y por un año, esa velocidad en dos trayectos concretos.

REPÚBLICA CHECA: El último cambio en los límites de velocidad en las carreteras se produjo en 1997, cuando se redujo la máxima permitida para circular en localidades urbanas de 60 a 50 km/h y se aumentó la velocidad en las autopistas y autovías de 110 a 130 km/h.

En las carreteras convencionales se mantiene en 90 km/h.

BULGARIA: El límite es de 90 km/h por carreteras fuera de lugares habitados, y en las autopistas es de 140 km/h desde 2016 (hasta entonces era de 130 km/h).

El número de víctimas de tráfico se ha reducido en los últimos años de 708 en 2015 a 682 el año pasado.

RUMANÍA: Las autopistas tienen límite de velocidad en algunas de 110 km/h y en otras de 130 km/h., mientras en las carreteras generales el máximo es de 100 km/h. Todos estos limites rigen desde 2015.

Según los expertos, la siniestralidad por accidente de tráfico que sufre el país, una de las mayores en la Unión Europea, se debe principalmente a las malas condiciones de las carreteras.

HUNGRÍA: La velocidad máxima permitida es de 110 km/h en las carreteras convencionales, mientras que aumenta a 130 km/h en las autopistas.