Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

El lazo

Lazos amarillos en las calles de Cataluña.
Lazos amarillos en las calles de Cataluña.
Alejandro García / Efe

Si le abres la puerta principal de La Moncloa a Quim Torra para que se dé un paseo por los jardines con el lazo amarillo, entonces tienes amplias posibilidades de no resolver la llamada guerra de los lazos. El presidente del Gobierno prefirió colocarse de perfil y evitar un desencuentro con quien se salta todos los protocolos, además de la ley, y pasó por alto una afrenta al conjunto de los españoles: el lazo amarillo no es ningún mero símbolo cromático, una cosa pueril, una obcecación de un grupo de independentistas. El lazo amarillo representa la supuesta inexistencia de España como Estado de derechoEE y la consideración de presos políticos de los encarcelados tras la afrenta soberanista. No le debió parecer suficiente a Sánchez para pedirle al menos una explicación a Torra, lo que invita a reflexionar si a partir de ahora alguien puede cruzar la Moncloa, sede del Gobierno de todos los españoles, con una camiseta de ‘Presoak Kalera’, protegiéndose en la libertad de expresión. Mientras, la Policía catalana identifica a quienes quitan los lazos -ejemplo de civismo en las calles-, pero aún no se conoce que haya multado a nadie por ponerlos.