El lapsus

A muchos telespectadores tuvo que helárseles la sangre, a pesar del calor, cuando escucharon que la presentadora de un espacio informativo del Canal 24 Horas, de Televisión Española, se refería a los terroristas de ETA encarcelados como "presos políticos". Fue un error, claro; un ‘lapsus linguae’, un ‘lapsus calami’. Y, ante la comprensible indignación, se rectificó y se pidieron disculpas, en pantalla y en las redes. Pero habrá malpensados que, yendo más allá, hayan recordado la teoría de Freud sobre el ‘acto fallido’: las meteduras de pata revelan a veces pensamientos inconscientes. No sería en este caso tanto el inconsciente individual de la presentadora el que pudo mostrarse, cuanto, quizá, el colectivo de un Gobierno que, por un lado, mueve sus fichas en la televisión pública y, por otro, intenta asegurarse la benevolencia del nacionalismo vasco. No hay que pasar por alto, en este sentido, que el Ejecutivo de Sánchez acaba de hacerle al PNV un bonito regalo al retirar el recurso de inconstitucionalidad contra la ley vasca que pretende investigar abusos policiales extrajudicialmente. Una norma dudosamente democrática y rechazada por las asociaciones de víctimas del terrorismo.