Cuatro ases

La partida de la política española se juega a cuatro.
La partida de la política española se juega a cuatro.

Si la investigación judicial de su currículum no lo impide, con Pablo Casado se completa, junto a Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, la cuaterna de ases de la política nacional que se va a repartir la mayor parte del espectro ideológico en los años venideros. En este sentido, la elección de Casado respondería al afán del PP por ganar el voto de derechas, propiciando que Ciudadanos y el PSOE se peleen por el electorado de centro y lo dividan. Además, si la Constitución y la unidad de España no acaban siendo los elementos diferenciadores que muchos hoy consideran, ni siquiera respecto a Podemos, formación con vocación nacional, la lucha no la van a protagonizar las banderas en los balcones, sino las ideologías de toda la vida, lo cual da sentido a la reorientación doctrinaria del PP que Casado pretende liderar.

Por otra parte, la victoria de Casado sobre Soraya Sáenz de Santamaría recuerda a los respectivos triunfos de Rivera y de Sánchez sobre Rosa Díez y Susana Díaz. Pese a su inexperiencia y a su menor capacidad demostrada, el hombre de traje ceñido que ejerce de joven y seductor a lo Kennedy se impone a la mujer que prefiere que su apariencia pase desapercibida. Se diría que resultar atractivo se estuviera convirtiendo en un factor político más masculino que femenino, pero en realidad esto siempre ha sido así. En una sociedad machista como la nuestra, la belleza femenina es sospechosa y su realce tiene mala prensa política y, en muchos casos, profesional.

Finalmente, a la ideología y al género se suma otro factor muy determinante en la irrupción de los cuatro ases mencionados. Cada cual en su ámbito, todos representan una rebelión contra el orden establecido. Una rebelión en la que, tanto o más que los argumentos, priman la novedad, el espectáculo, la rapidez y la superficialidad, caracteres que apuntó hace unos años el escritor Alessandro Baricco en su obra ‘Los bárbaros’, con el fin de describir la sociedad que viene navegando por Internet.