Los sesenta inmigrantes a bordo del Open Arms, buque insignia de la ONG Proactiva Open Arms, han comenzado a desembarcar después de que el barco atracara alrededor de las 11.00 en el Puerto de Barcelona, y desde las 13.00 están pasando a disposición del Cuerpo Nacional de Policía y de asesores de Cruz Roja y el CEAR.

Según han informado fuentes del operativo, en primera instancia personal sanitario del Sistema de Emergencias Médicas ha subido a bordo para determinar el estado de salud de las personas rescatadas y, tras identificar a las que necesitan ser trasladadas a centros hospitalarios y las que no, estas han iniciado el desembarco.

Entre las sesenta personas hay cinco mujeres, dos o tres de ellas embarazadas, y cinco menores, tres sin acompañamiento de adultos.

Las mujeres gestantes se trasladarán a un centro hospitalario por precaución, en concreto al Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), han detallado las mismas fuentes.

El Open Arms ha llegado este miércoles sobre las 11.00  al Puerto de Barcelona acompañado de la embarcación Astral, en la que viajaban varios eurodiputados, y del barco Punta Mayor de Salvament Marítim.

La cincuentena de hombres rescatados serán acogidos en la Residencia Joaquim Blume de Esplugues de Llobregat (Barcelona), mientras que las cinco mujeres irán a un centro de la capital catalana y los cinco menores -tres no acompañados- serán atendidos por la Dirección General de Atención de Infancia y la Adolescencia (Dgaia).

Los rescatados recibirán un permiso humanitario especial de 45 días por parte del Gobierno central para que puedan estabilizarse y trabajar su situación, con asistencia legal, algo que también obtuvieron las 630 personas llegadas con el barco Aquarius a Valencia.

Este permiso se acordó en una reunión técnica celebrada en la Delegación del Gobierno central en Cataluña con Generalitat y Ayuntamiento, el Puerto, fuerzas de seguridad y Cruz Roja, entidad encargada de la primera atención de los migrantes.

El permiso de 45 días evitará que entren a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), como pidió la alcaldesa, Ada Colau, que ofreció la ciudad para que atracase el barco, de la organización Proactiva Oprn Arms.