La 'caja única' no se toca

No sería admisible que el Gobierno negociase la transferencia al País Vasco de la gestión de la Seguridad Social.

Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez, durante su reunión del lunes en la Moncloa.
Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez, durante su reunión del lunes en la Moncloa.
Chema Moya / Efe

Se comprende que la posibilidad de que el Gobierno negocie la transferencia de la gestión de la Seguridad Social al País Vasco haya suscitado la alarma de las fuerzas políticas. La Seguridad Social es un pilar esencial del sistema de solidaridad del Estado del bienestar y su ‘caja única’ debe ser preservada. No cabe que un capítulo de tal trascendencia para la igualdad entre los ciudadanos sea objeto de transacciones bilaterales con una comunidad autónoma.

Los nacionalistas vascos, que ya consiguieron que la Constitución consagrase un marco fiscal diferenciado para su Comunidad, siempre han pretendido obtener también competencias sobre la Seguridad Social. Que el asunto se tratase, aunque fuera de manera muy preliminar, en la reunión del lunes entre el presidente del Gobierno y el lendakari debe encender la señal de alerta. A pesar de que luego el Gobierno de Sánchez haya expresado su compromiso con la sostenibilidad del sistema de pensiones, lo cierto es que la situación política es delicada. Dadas la minoría parlamentaria del Ejecutivo socialista y su voluntad de ‘tender puentes’ con los nacionalismos periféricos -no se olvide que el PNV promueve una reforma estatutaria que incluiría el ‘derecho de autodeterminación-, Sánchez podría caer en la tentación de hacer concesiones en un asunto extremadamente sensible. La ‘caja única’ de la Seguridad Social es una garantía para la igualdad de todos los españoles y para la viabilidad de un sistema de bienestar que lleva implícita la solidaridad interterritorial, además de entre generaciones. No sería admisible que la organización de la Seguridad Social se viese alterada como resultado de una negociación entre el Gobierno y una Comunidad autónoma. Y es necesario que el presidente deje este extremo muy claro y que disipe cualquier sombra de duda. La caja de la Seguridad Social no puede repartirse entre territorios; sería tanto como resquebrajar la cohesión de España.