Por
  • Víctor Orcástegui

La elección del PP

Soraya Sáenz de Santamaría presentó ayer los avales de su candidatura a la presidencia del PP.
Soraya Sáenz de Santamaría presentó ayer los avales de su candidatura a la presidencia del PP.
J. J. Guillén / Efe

Cuando estamos en plena temporada de sorpresas políticas, resultaría temerario vaticinar quién puede ser el próximo presidente, o la primera presidenta, del Partido Popular. Todavía más cuando, en esta ocasión, los militantes tendrán la posibilidad de intervenir en la elección con su voto directo.

Una de las incógnitas es, precisamente, cuál será la participación efectiva de las bases populares en ese proceso. También cabe preguntarse qué sentido tiene que se hayan presentado hasta siete candidaturas, nada menos; y, sobre todo, a cuál de las dos principales aspirantes perjudicará más esa profusión. Porque se da por seguro que la cuestión se dirimirá entre Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.

También Pablo Casado podría ser un candidato con posibilidades, pero después de lo que le ocurrió a Cristina Cifuentes, su problema con el máster supone un lastre difícil de superar. No parece razonable situar como máximo dirigente del partido a alguien que ofrece un flanco tan vulnerable.

Tanto De Cospedal como Sáenz de Santamaría tienen experiencia y méritos para desempeñar el cargo. Y elegir a una mujer no solo sería una opción acorde con los tiempos y con el pulso de la sociedad, sino que también daría la réplica al gobierno de ministras nombrado por Sánchez. De Cospedal, como secretaria general, cuenta con más apoyos en la estructura del partido, lo que parece convertirla en favorita. Pero quizás eso mismo la liga demasiado a un pasado con el que ahora habría que romper. Ha sido la segunda de Rajoy durante los años del proceso Gürtel y los adversarios del PP no dejarían de echárselo a la cara desde el primer momento.

Por otro lado, el voto de los militantes relativiza el valor que supone el respaldo de la burocracia partidaria y puede dar más opciones a la exvicepresidenta del Gobierno Sáenz de Santamaría. Y lo dicho, estamos en racha de sorpresas políticas.