Por no preguntar

Sánchez no indagó sobre Màxim Huerta antes de nombrarlo ministro.

Máxim Huertaen el momento de anunciar su dimisión como ministro de Cultura y Deporte
Máxim Huerta dimite como ministro de Cultura y Deporte
Efe

Se acerca el fin de una semana frenética pero aún quedan previsiones de esas que quitan el aliento, como la llegada de los inmigrantes del ‘Aquarius’ o la entrada en prisión de Iñaki Urdangarin, no por esperada menos escandalosa. Han sido días de infarto y sorpresas. El nombramiento de Màxim Huerta nos dejó boquiabiertos desde el minuto uno, y cuando empezábamos a desencajar la mandíbula, salta su desencuentro con Hacienda. Cierto es que este ministro estaba llamado a ser el ‘punching ball’ del flamante Ejecutivo de Sánchez, pero ni tanto ni tan rápido.

Y en mi ignorancia me pregunto: ¿es que cuando se forma un Gobierno nadie se molesta en comprobar o al menos preguntar estas cosas? ¿De verdad con tanto asesor no se repasan los antecedentes penales, fiscales y judiciales de los candidatos? ¿Cómo Màxim, siendo periodista, no dedujo que un ministro no puede tener en su currículum sociedades interpuestas con el objetivo de pagar menos a Hacienda? Debe ser verdad eso de que el poder nubla la razón. Guirao es un tipo más gris, pero parece que ha sido mejor recibido. Claro que el listón no estaba muy alto.