La corrupción cerca al PP y a Rajoy

La Justicia acredita la trama de corrupción en el PP. Además, pone en cuestión la credibilidad de Mariano Rajoy al afirmar que no dijo la verdad para evitar el "reproche social". La formación conservadora y el presidente del Gobierno están obligados a reaccionar. Esta situación complica el futuro electoral de Rajoy y de su partido.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el acto de clausura del IV Encuentro Internacional de Rectores Universia
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Efe

En la sentencia del juicio central del caso Gürtel, la extensa trama de corrupción política que ha sido la pesadilla recurrente del Partido Popular durante la última década, la Audiencia Nacional declara probada la existencia de una trama de corrupción vinculada al PP cuyo epicentro era el empresario Francisco Correa y que permitió durante al menos diez años el enriquecimiento personal de cargos del partido (de forma destacada, su extesorero Luis Bárcenas) mediante el amaño de adjudicaciones públicas, el soborno y el apoderamiento directo de fondos de las administraciones. El fallo considera probada la existencia de una ‘caja b’ en la formación conservadora, que será juzgada en una causa aparte, y que entre esta formación y las empresas de Correa "se tejió" un "auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional". El fallo convierte al PP en el primer partido condenado, aunque solo civilmente, como beneficiario de una trama corrupta. Pero, además, pone contra las cuerdas a Rajoy, pues el tribunal afirma que no es creíble su testimonio de que los papeles de Bárcenas no eran verdaderos.

La sentencia es recurrible, y desde Génova ya han anunciado que lo harán, pero los hechos probados pueden ser demoledores para sus expectativas electorales y constituyen un verdadero aldabonazo. La decisión judicial complica los preparativos para la campaña de las elecciones locales, regionales y europeas de 2019; dificulta de forma extraordinaria el futuro de Rajoy como candidato en las generales de 2020 y deja al partido aún más atenazado por el temor a próximas sentencias judiciales. Porque, más allá del caso Gürtel, arrastra una retahíla de escándalos que ayer mismo llevó a la cárcel a Eduardo Zaplana. La juez decretó el ingreso en prisión incondicional y sin fianza del exministro de Aznar, detenido este martes dentro de la operación Erial.

El PP y Rajoy están obligados a reaccionar de forma urgente. Los escándalos siguen laminando su credibilidad y en las elecciones de los años 2015 y 2016 ya le costaron un buen puñado de votos. Es una lacra que continúa persiguiéndole porque no se trata de un mal menor ni de hechos aislados, como dice el inquilino de la Moncloa, sino de una sangría constante. Los populares no consiguen dejar atrás la corrupción ni pasar página.