Victoriano Ramírez, matemático: "No está de más saber matemáticas para entender el sistema electoral"

Catedrático en la Universidad de Granada, Ramírez dirige un grupo de investigación que ha diseñado un sistema electoral que mejora la proporcionalidad.

Ramírez, en su visita al Patio de la Infanta, de Ibercaja.
Ramírez, en su visita al Patio de la Infanta, de Ibercaja.
Guillermo Mestre

¿Tan complicado es nuestro sistema electoral que necesitamos un catedrático de Matemática Aplicada para entenderlo?

Hay que tener en cuenta que el sistema electoral es una parte de la ley electoral en la cual se transforma número de votos en número de escaños, o número de habitantes en número de diputados de una circunscripción. Por ello, es en una parte matemático. No es que haya que ser catedrático de matemáticas pero no está de más saber un poco.

En la Universidad de Granada han elaborado un modelo que, según dicen, garantiza la proporcionalidad. Ponen el ejemplo comparativo del PNV y Pacma. ¿Entrarían los animalistas en el Congreso con su sistema?

Sí. Hay que tener en cuenta que Pacma sacó 400 votos menos que el PNV en 2016 y no tiene diputados. A ambos, de forma exacta, les corresponden 4,2 diputados y ambos, con nuestro método, tendrían 4 diputados.

¿Afectaría a la gobernabilidad?

No, porque nosotros barajamos siempre compatibilizar alta representatividad con gobernabilidad. Los partidos reciben por lo menos el 90% de lo que les corresponde por su número de votos, pero quedan todavía unos restos que se acumulan en favor del partido más votado. La gobernabilidad es la misma o incluso superior al sistema actual.

¿Sí?

El partido vencedor viene obteniendo con nuestro sistema los mismos diputados que ahora, escaño arriba, escaño abajo. Pero el sistema actual beneficia al primero, al segundo y a algunos nacionalistas, y todo a costa de dos o tres partidos de ámbito estatal; en otros tiempos el CDS o UPyD, y siempre Izquierda Unida. Nuestro sistema prima al grande, pero a costa de todos los demás; entra Pacma pero a cambio todos pagan la prima del partido vencedor. Por eso, la gobernabilidad se mantiene igual, o varía poco.

¿Qué quiere decir que nuestros sistema electoral tiene un sesgo conservador?

Que cuando gana las elecciones el PP suele tener una prima más grande que cuando vence el PSOE. Comparemos 2008 con 2011: en el primer caso, los socialistas obtuvieron una prima más pequeña que la que le da nuestro método; en el segundo, la prima del PP es mayor que la nuestra.

Se suele confundir el sistema de reparto de votos –D’Hondt– con el tamaño de la circunscripción. ¿Por qué cambiar el primero cuando las quejas son consecuencia de lo segundo?

El sistema electoral aglutina varios parámetros. Nosotros mantendríamos el sistema D’Hondt, que es un buen método, y sin embargo todo se corregiría igualmente. El problema con el sistema electoral es que se hacen 52 repartos [las circunscripciones] de forma independiente. Nosotros primero asignamos los escaños a los partidos en función de los votos totales y luego distribuimos los restos entre las circunscripciones con una fórmula matemática.

Un caso del sistema propuesto por C’s y Podemos: en Segovia, el PP obtendría un escaño con el 45,7% de los votos; C’s, también uno, pese a que se quedó con el 15,5%; y Podemos ninguno, pese a que sacó 150 votos menos que la formación naranja. ¿Existe el sistema perfecto?

No, no hay ninguno. La propuesta de C’s y Podemos parece que mejora la proporcionalidad entre los partidos que tienen más del 10% de los votos, pero ¿resuelve los problemas que hay? En las últimas elecciones solo hubo dos problemas de proporcionalidad: con C’s, al que le hubiesen correspondido 45 o 46 escaños y recibió 32, y con Pacma. ¿Resuelve bien esos dos casos? Y si lo hace, vayamos atrás y comparemos el resto de elecciones. Porque a lo mejor están haciendo propuestas que no vienen tan bien para otros comicios.

¿Qué tamaño de circunscripción le parece óptima para una proporcionalidad equilibrada?

Con nuestro modelo, la variabilidad de las circunscripciones no afecta al resultado, porque asignamos los escaños en función de los votos totales. Un voto para un partido recibido en Melilla vale lo mismo que el recibido en Valladolid, Zaragoza o Granada.

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