Hay señales que nos indican que definitivamente hemos de dar el paso. Algo así ocurre con la polémica por el máster de la presidenta madrileña, Cristina Cifuentes: si hasta la tuna se chotea del tema, quizás sea el momento de tomar decisiones drásticas. Ayer, a las mismas puertas de la Asamblea de Madrid y horas antes de que Cifuentes compareciera para dar cuenta de la cuestión, cuatro tunos –llevados por un programa televisivo y que a tenor de las apariencias probablemente atendieron la carrera cuando Maravall ejercía de ministro de Educación– entonaban con energía: "Si algún día lo pisara (la Facultad), vaya chasco me voy a llevar, pues los másteres ya no los regalan y un trabajo tienes que entregar".