Efectos del clima

Carles Puigdemont
Puigdemont pas hoy a a disposición del juez alemán que decidirá si sigue en prisión

Es llamativo que la meteorología adquiera siempre en estos días de Semana Santa una importancia extraordinaria. Para muchos es un breve periodo de viajes o procesiones y a la vez el tiempo es generalmente incierto al quedar entre la última y a menudo ‘histórica’ ola de frío y la primera y no menos ‘histórica’ ola de calor.

No habría que despreciar nunca el gesto mañanero de calar el ambiente, mirar el cielo y sentir el aire y la temperatura. En el clima, aunque no lo parezca, residen las claves de casi todo. Fue un drástico cambio climático lo que acabó con el bosque en el gran valle del Rift en África hace seis millones de años y parece ser que entonces algunos primates necesitaron erguirse sobre la maleza de la sabana originada y empezaron así a convertirse en bípedos.

Incluso en nuestra época, para explicar por ejemplo el origen de la guerra de Siria hay que recurrir al clima. La peor sequía en el país en 500 años, que comenzó en 2006, derivó en emigración y desigualdades que generaron una grave crisis. La mirada del ser humano hacia el clima y sus cambios adolece sin embargo de cierta miopía. No suele ir mucho más allá de esa rápida mirada matutina al cielo. Sus efectos, muchas veces indirectos y a largo plazo, complican la concienciación social a pesar de las alertas científicas.

Habría que preguntarse hasta qué punto alcanzan las consecuencias climáticas a todas las noticias que nos llegan. Hay que decir que no se adivinan en la presente crisis de Cataluña pero tampoco se podría descartar del todo que, de acuerdo con la teoría del caos, el deshielo de los polos o el efecto invernadero tengan alguna relevancia en el surgimiento del ‘procés’ y en los delirios de buena parte de sus impulsores. Cuentan que cuando Puigdemont puso rumbo a Bruselas, uno de los veteranos dirigentes de Convergencia le dijo que allí hacía muy mal tiempo. El ‘expresident’ le dio la razón pero añadió que era peor el tiempo que hacía en una celda. Los efectos últimos del cambio climático, por lo que se ve, pueden resultar inescrutables.