Las pistas que llevaron a la detención de Ana Julia

El hallazgo de la camiseta interior del niño, el extravío de su teléfono móvil y una declaración horas antes de ser detenida fueron claves para la investigación.

Imagen del momento de la detención de Ana Julia Quezada.
Imagen del momento de la detención de Ana Julia Quezada.

La desaparición del pequeño Gabriel, de 8 años, en la localidad de Las Hortichuelas, Níjar (Almería), el pasado 27 de febrero, terminó de la peor de las maneras posibles el pasado domingo 11 de marzo, cuando los cuerpos de seguridad confirmaron el hallazgo de su cadáver.

El cuerpo sin vida del pequeño fue encontrado en el maletero del coche de Ana Julia Quezada, actual pareja del padre del niño, Ángel Cruz, y para la que este mismo jueves se ha decretado prisión incondicional.

Comienzo de la búsqueda

Gabriel Cruz desapareció el pasado 27 de febrero en el paraje de Las Hortichuelas, Níjar (Almería) cuando salía de casa de su abuela. Desde ese momento, la Guardia Civil desplegó un amplio dispositivo de búsqueda con la ayuda del 112, Protección Civil, Bomberos y la ayuda de cientos de voluntarios. Un dispositivo en el que desde el principio, Ana Julia Quezada, de 43 años y de origen dominicano, participó activamente junto a los padres del niño.

Aparece la primera de las pistas

El pasado 3 de marzo apareció la primera de las pistas que aceleraron el desenlace de la investigación: una camiseta interior en la que hallaron restos de ADN del menor. Los padres confirmaron que la prenda pertenecía al pequeño y que fue encontrada precisamente por Ana Julia. Este fue el primero de los indicios que hizo sospechar a la Guardia Civil, ya que la camiseta se encontró seca a pesar de las precipitaciones caídas esos días y además ya se habían hecho minuciosas batidas en la zona en la que fue encontrada.

Entrevista a Radio Gallega

El mismo día que Ana Julia entregó a las autoridades la camiseta del pequeño Gabriel, concedió una entrevista en la que aseguraba que el niño "no se merecía lo que estaba pasando" y que solo quería "que volviera a casa". "No sabemos quien lo tiene, qué le estarán haciendo, cómo estará mi niño...", se lamentaba la ahora condenada.

El hecho de que Ana Julia dijera que había encontrado la camiseta de Gabriel alentó esta hipótesis aunque, en paralelo, reforzó la sospechosa de su implicación en la desaparición. Entonces ya conocían su pasado en Burgos, por ejemplo, donde falleció su hija en extrañas circunstancias.

Los padres estaban informados

Tras el hallazgo de la camiseta, la Guardia Civil puso todos los focos en la pareja del padre de Gabriel. Los agentes informaron a los padres de que Ana Julia estaba siendo investigada como sospechosa y les pidieron que no cambiaran su actitud hacia ella, con la esperanza de encontrar con vida al desaparecido.

Ángel y Patricia tuvieron incluso que asistir a actos públicos y concentraciones con la autora confesa de los hechos con la intención de que la investigación les llevara hasta el lugar en el que creían que podría estar secuestrado.

Perdió su teléfono

Los investigadores requirieron hasta en dos ocasiones el teléfono móvil de Ana Julia, que no llegó a entregárselo. La primera de las veces confesó a los agentes que lo había perdido. Ana Julia lo encontró y, posteriormente, alegó que lo había extraviado de nuevo.

La llamada a declarar

El viernes 9 de marzo la Guardia Civil volvió a llamar a declarar a Ana Julia para realizar algunas comprobaciones y, a partir de ese momento, comenzó el seguimiento de la sospechosa a la espera de que cometiera algún error.

Según 'La Voz de Almería', los agentes captaron imágenes de la mujer sacando el cuerpo de Gabriel de un pozo. Poco después, el operativo consiguió bloquear el paso del turismo de Ana Julia, sacarla del vehículo, comprobar que el cuerpo del pequeño Gabriel se encontraba en el interior del maletero y detenerla.

Así ha sido el momento de la detención de la novia del padre de Gabriel

Prisión incondicional

Este jueves el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, Rafael Soriano, ha decretado prisión incondicional, comunicada y sin fianza para Ana Julia Quezada. Se le imputa la presunta comisión de delitos de asesinato, de detención ilegal y contra la integridad moral.

Ella misma ratificó ante el juez la versión ofrecida ante la Guardia Civil, en la que aseguró que discutió con el menor, le golpeó con un hacha y luego lo asfixió.

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