Con tan solo 22 años, Elisa Castiello, una estudiante de cuarto curso de Derecho de la Universidad de Vigo, ganó su primer juicio el pasado 17 de enero en León por un despido improcedente. Lo curioso de esta historia, según relata la Voz de Galicia, fue que la defensa fue llevada a cabo por sí misma, quien pidió prestada una toga para subir al estrado para hablar como su propia abogada.

Según informa el diario gallego, la estudiante, que trabajaba como socorrista en verano para pagarse la carrera, se enfrento al Ayuntamiento de Cremenes por ser despedida "por bajo rendimiento" tras haber vuelto de una baja por una caída de moto en julio. Castiello cuenta que, cuando volvió a su puesto de trabajo ya recuperada, el Ayuntamiento ya había contratado a otra socorrista y ella firmó un finiquito de 136 euros. En el juicio la joven reclamó 1.500 euros correspondientes al mes de agosto que no pudo trabajar. Un dinero que necesitaba la estudiante para poder sufragar su estancia en Vigo, pues como cuenta en el La Voz de Galicia: "Me trasladé a Galicia porque mi sueño es dedicarme al derecho marítimo".

"No me podía pagar un abogado y descarté el de oficio: en lo social te puedes defender tú mismo; lo peleé como pude, estaba muy nerviosa porque era el primero de mi vida", explica la alumna, que buscó pruebas y grabó una conversación sobre el cese con un jefe para ganar el juicio. Castiello también pidió consejo al decano de Derecho de León y repasó lo aprendido en sus prácticas de Laboral. "En mis tiempos libres de alumna me colaba a ver juicios tanto en León como en Vigo, donde iba con una profesora", explica.