Los obispos critican las nuevas técnicas reproductivas, la "ideología de género" y el cambio de identidad sexual

Creen que las técnicas reproductivas pueden convertir al hombre en un producto de laboratorio.

Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid
Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid
Chema Moya/Efe

Los obispos españoles han rechazado la ideología de género y las técnicas reproductivas que convierten a los hijos en un "producto de laboratorio", al tiempo que han condenado la violencia machista.

Así lo ha manifestado el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, en su discurso inaugural de la CX Asamblea Plenaria de la CEE, que reúne durante esta semana en Madrid a todos los obispos españoles.

Uno de los asuntos que abordarán, según ha precisado Blázquez, será el "desafío" de la "ideología de género, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer" y "vacía el fundamento antropológico de la familia". Además, ha avisado de que esta ideología se traslada a "leyes y proyectos educativos".

En concreto, se ha referido a las nuevas técnicas reproductivas producto de la "revolución biotecnológica" que desvinculan el acto generativo de la relación sexual entre hombre y mujer.

"Desaparece la relación personal en la transmisión de la vida de un ser humano; en lugar de generación deberíamos hablar de producto de laboratorio, con la consiguiente cosificación del ser humano", ha advertido, al tiempo que ha añadido que "la paternidad y maternidad no son realidades que el hombre pueda componer o descomponer a su arbitrio".

Así, ha pedido que los avances técnicos que se han conseguido en los últimos tiempos no lleven a los hombres a "conculcar los límites de la dignidad del hombre".

Además, sobre la ideología de género, ha dicho que reconocen "el influjo que la cultura y las costumbres han tenido y tienen sobre la familia, el matrimonio y la relación entre varón y mujer", pero ha precisado que esto "es muy distinto de pretender separar el sexo como hecho biológico del género como hecho cultural".

"La sexualidad binaria, masculina y femenina, tiene como fin la donación íntima y la transmisión de la vida. Aunque el género tenga un fuerte componente cultural, no es independiente del sexo. No es acertado, consiguientemente, afirmar que exprese subordinación de la mujer el que conciba, geste y alumbre a los hijos; como no indica privación el que el varón no realice esas actividades vitales", ha argumentado.

Hombres y mujeres, iguales en dignidad

En cualquier caso, ha defendido que hombres y mujeres son "iguales en dignidad" y "nadie debe ser ni privilegiado ni postergado. "La diferencia está ordenada a la complementariedad y no a la discriminación", ha indicado.

En este sentido, ha condenado la violencia machista y ha lamentado el asesinato a manos de sus parejas o exparejas de casi medio centenar de mujeres y ocho niños en lo que va de año.

"La idéntica dignidad personal del varón y la mujer nos mueve a rechazar toda forma tanto de prepotencia y autoritarismo como de discriminación y humillación. ¿Cómo es posible que la suma intimidad entre personas se convierta en violencia suprema? ¡Cuántas mujeres han muerto en el año en curso a manos de sus maridos o convivientes, parejas o consortes!", ha exclamado.

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