Cataluña plural

Como ya ocurriera el 8 de octubre, la manifestación de ayer en Barcelona puso de manifiesto que la sociedad catalana es mucho más diversa de lo que los independentistas aseguran. El secesionismo no puede presentarse como la voz del pueblo, porque el pueblo catalán, como todos los pueblos, es plural. Los parlamentos de Josep Piqué, Teresa Freixes, Félix Ovejero, Francisco Frutos y Josep Borrell fueron diáfanos y sólidos. Pronunciados desde el corazón, pero dirigidos a la inteligencia, como dijo Borrell; quien se ha erigido en uno de los más lúcidos defensores del constitucionalismo frente al delirio nacionalista. Con una claridad de ideas que lleva a pensar en lo diferentes que hubieran podido ser las cosas en España –y en Cataluña– en los últimos años si Borrell no hubiera renunciado, en 2001, a ser el candidato socialista a la presidencia del Gobierno. Entre otras cosas, nos hubiéramos ahorrado el episodio Zapatero, con su ‘aceptaré aquello que me enviéis desde Barcelona’, en referencia a la reforma del ‘Estatut’. Frutos, ex secretario general del PCE, también fue contundente y pidió a los nacionalistas: "Terminad con estas mentiras y con el odio". Ya es hora.