"Vayan a casa porque va a haber un tiroteo"

Dos familias aragonesas relatan la angustia que vivieron anoche en Cambrils

Salvador Baena, un aragonés que estaba de vacaciones en Cambrils, había salido anoche con su mujer y unos amigos a cenar a un restaurante del Marítimo y vivieron "unas horas angustiosas" hasta que pudo regresar a su casa y recoger a su hija y unas amigas en una discoteca.

No esperaban que después del atentado en Barcelona iban a pasar un segundo capítulo en la localidad de la Costa Dorada que estaba llena de turistas, muchos de ellos de Aragón.

Cuando llegaron al Marítimo a las 20.30 vieron una presencia  poco frecuente de tres vehículos de los Mossos d'esquadra, pero lo achacaron a la vigilancia que provocó la acción terrorista en Barcelona. Al concluir la cena, pasada la una de la madrugada, atravesaron por el lugar cinco minutos antes por donde se iba a producir el atentado de un grupo de cinco yihadistas que circulaban en un Audi y arrasaron a un grupo de personas y provocaron siete heridos.

"Ibamos paseando hacia casa y empezamos a ver un despliegue policial tremendo. Había unos diez coches de los Mossos y varios de la secreta, que paró donde estábamos para decirnos: 'Vayan a casa porque va a haber un tiroteo'. Eran las 1.20 o así", ha recordado esta mañana Salvador Baena, quien todavía tiene el miedo en el cuerpo a pesar de trabajar como forense en el Instituto de Medicina de Aragón.

Baena veranea en un apartamento entre Cambrils y Salou, y han regresado andando, pero su hija había salido con unas amigas a una discoteca y tenían que ir a buscarlas en coche. En ese momento, los Mossos bloquearon la carretera de la costa y tuvieron que circular por la nacional del interior. "Hasta que no recogió a las chicas y volvimos a casa no estábamos tranquilos. Entonces sientes indefensión en medio del caos", ha agregado.

El turista aragonés ha estado pendiente de todo lo que ocurrió porque un helicóptero de los Mossos ha estado sobrevolando Cambrils hasta las 4.00. De los cinco yihadistas que llevaban un cinturón de explosivos falso habían sido abatidos cuatro tras embestir a un grupo de visitantes y otro fue herido, hasta que acabaron alcanzarlo y él quinto también murió.

Otro matrimonio aragonés había llegado de Huesca a las 23.15 para pasar el fin de semana en una urbanización entre Cambrils y Salou, y se han encontrado con el atentado. Diego Maza, el hijo de 14 años, había salido tras quedar con unos amigos para verse a la altura del Hotel Augusta (situado entre las dos localidades de Costa Dorada) y empezaron a ver un grupo de ambulancias y coches policiales que llegaban a Cambrils.

"Un amigo nuestro que estaba más cerca del lugar del atentado nos ha mandado un wasap en el que decía: 'Ha habido un atentado y hay cuatro muertos'. Luego llegó otro que parecía lo había enviado la Policía porque decía que la gente se fuera a casa. Se lo he contado a mis padres cuando he vuelto a casa y no se lo creían", ha explicado Diego. Su padre, José Angel Maza, puso la televisión y en ese momento solo se hablaba del atentado de Barcelona cuando ya se había producido el de Cambrils. "A los veinte minutos han contado en la tele lo que nos había dicho mi hijo Diego", ha relatado.

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