Niega que secuestrara a su marido para que no se operara de un tumor

Presuntamente obligó a su pareja a seguir tratamientos alternativos basados en la medicina natural.

Una mujer ha negado este miércoles en un juicio que mantuviera durante días secuestrado a su marido en un piso de la Playa de San Juan para evitar que se operara de un tumor cerebral y optara por seguir tratamientos alternativos basados en la medicina natural, de la que ella era seguidora al regentar un herbolario.

La fiscalía y la acusación particular han pedido para ella al término de la vista, celebrada en la Audiencia de Alicante, penas que suman hasta ocho años y medio de prisión por un delito de detención ilegal y otro contra la integridad moral, mientras que la defensa ha solicitado su absolución.

Al paciente se le diagnosticó un cáncer en abril de 2008 y los médicos le aconsejaron desde el principio que se sometiera a una intervención quirúrgica, pero la acusada le convenció, presuntamente, para que siguiera terapias no convencionales.

En concreto, el ministerio público sostiene que la mujer sometió a su compañero sentimental a un riguroso control físico que pasaba por restringirle incluso "la alimentación al máximo en calidad y cantidad".

Igualmente, le retuvo en casa en contra de su voluntad y le impidió el contacto con amigos y familiares mientras le hacía soportar "tratamientos y rituales alternativos y malos tratos físicos y psíquicos", recoge la fiscalía en la versión acusatoria que ha mantenido esta este miércoles.

El paciente logró llamar a su madre, fue rescatado de esa situación tras la intervención de la Policía Local y se operó del tumor, pero acabó falleciendo en 2013.

La procesada ha negado este miércoles ante el tribunal de la sección décima de la Audiencia de Alicante que retuviera a su marido y le aislara de sus familiares, y ha manifestado que las medicinas naturales que tomaban eran "siempre complementarias" al tratamiento médico convencional.

Según su versión, él mismo optó voluntariamente por esta vía alternativa porque no quería operarse, pues "tenía miedo", y ella, "como esposa", se limitó a "apoyar su decisión".

Por el contrario, la madre del paciente y numerosos amigos y familiares suyos han declarado que perdieron el contacto con él a partir de que se instalara con su mujer en el piso de la playa de San Juan.

El propio paciente avisó a un amigo con un mensaje telefónico de la situación que estaba soportando y le pidió que avisara a su madre para que lo sacara de la vivienda.

La madre ha asegurado que logró entrar en el piso, que era de su propiedad, el 23 de febrero de 2009 después de que no respondieran a sus llamadas durante semanas, y se encontró a su hijo vestido "solo con un pañal, en un colchón y manchado de orines".

La Policía se presentó en el domicilio y el propio enfermo les comunicó que deseaba irse con su madre porque le tenían retenido contra su voluntad.

Lo mismo relató a sus familiares y amigos más cercanos días después, de acuerdo con el testimonio aportado por éstos en el juicio celebrado hoy.

"Lo vi destrozado, como deformado. Me dijo que su mujer no le dejaba salir a la calle. El día que dejó la casa se echó a llorar", ha precisado el testigo al que alertó por teléfono de su situación.

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