¿Cómo combatir los nervios en los exámenes de Selectividad?

Aunque provoca los nervios lógicos, es aprobada por cerca del 97% de los estudiantes en junio.

Imagen de archivo de una prueba de la selectividad.
Casi 1.200 aragoneses se presentaron el pasado año a la Selectividad.
Guillermo Mestre

La nueva Selectividad fijada por la Lomce arranca mañana en Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid y La Rioja, cuyos alumnos serán los primeros en realizar esta prueba que cambia de nombre pero conserva unas características similares a la anterior. La ahora llamada Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), que sustituye a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), más conocida como Selectividad, es obligatoria para los alumnos que quieran acceder a la educación superior pero no para obtener el título de Bachillerato.

Se trata de una prueba que, aunque provoca los nervios lógicos, es aprobada por cerca del 97% de los estudiantes en junio, según ha recordado el profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles. Las pruebas versarán sobre las materias generales del bloque de asignaturas troncales de segundo curso de Bachillerato de la modalidad elegida por cada alumno y, en su caso, la materia de lengua cooficial y literatura.

Cómo afrontar los nervios

Miralles aconseja que el día del examen se desayune bien, se llegue con tiempo y se lleve agua y algo sólido por si la prueba o el tiempo de espera se alarga. Se debe evitar un repaso en profundidad; no comentar el temario con compañeros; evitar hablar quien esté muy nervioso; y, en caso de nervios, usar técnicas de relajación y respirar con el abdomen.

Durante la realización de la prueba se aconseja leer todas las preguntas, y si alguna no se entiende bien, consultar al examinador.

Comenzar por la pregunta que mejor se sepa, pues se aumenta la seguridad y el cerebro irá buscando las respuestas al resto de preguntas. Controlar en todo momento el tiempo que resta de prueba y, si es posible, repasarla.

Si el alumno se queda en blanco, Miralles sugiere escribir en un folio diez palabras que empiecen por la misma letra para desconectar un momento del examen. Por último, se debe celebrar el final del examen, según este profesor de Psicología, que ha recordado que "lo peor que puede pasar" es suspender y en dos meses volver a intentarlo.

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