Espinar pide Coca-Cola en el Senado tras promover la prohibición de su venta

Este martes la Mesa del Senado ha rechazado una petición registrada por dos parlamentarios de Unidos Podemos para que se prohíba su venta en la Cámara Alta.

Ramón Espinar durante su comparecencia este miércoles
Ramón Espinar.
Efe

El portavoz de Unidos Podemos en el Senado, Ramón Espinar, ha sido fotografiado este martes en el comedor de la Cámara con dos botellas de Coca-Cola en su bandeja tras promover su grupo que se prohíba la venta de bebidas de esta marca en la institución, lo que la Mesa ha rechazado.

Fuentes del entorno de Espinar han aclarado, a raíz de la fotografía del portavoz de Podemos, que la exigencia del grupo es que no se vendan bebidas de dicha multinacional en la cafetería, el restaurante y las máquinas expendedoras de la Cámara, sin entrar en lo que haga cada senador a título personal. Las mismas fuentes han declinado hacer más declaraciones o comentarios al respecto.

La controversia ha surgido a raíz de una foto que ha comenzado a difundirse por redes sociales en la que se ve a Espinar en la fila del bufé del Senado, aguardando a pagar su menú, con una bandeja entre cuyo contenido figuran dos botellas de coca-cola.

Precisamente este martes la Mesa del Senado ha rechazado una petición registrada por dos parlamentarios de Unidos Podemos, Iñaki Bernal, de IU, y Vanessa Angustia, de En Marea, para que se prohíba la venta de coca-cola en la Cámara Alta. La razón que ha esgrimido la Mesa es que ya hay un contrato de suministro firmado y que, por tanto, no se puede cambiar.

Los dirigentes de Podemos iniciaron hace unos meses una campaña contra la empresa embotelladora de Coca-Cola debido al conflicto laboral que mantiene con trabajadores de la planta de Fuenlabrada.

Dicho conflicto arrancó en 2014, cuando fue aprobado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaba a más de 800 empleados, en su mayoría del centro de Fuenlabrada (Madrid).

Sin embargo, un año más tarde, el Supremo declaró nulo este ERE y obligó a la embotelladora a readmitir a los empleados. Los sindicatos denunciaron entonces que el proceso de readmisión incumplía las condiciones exigidas por la Justicia, ya que el centro de Fuenlabrada abandonó las labores de producción y pasó a tener funciones de almacenamiento, manipulación de vidrio e I+D+i.

La Audiencia Nacional desestimó su queja en septiembre de 2015 y dio la razón a la empresa, un fallo que fue refrendado el pasado mes de enero por el Tribunal Supremo.

El propio Pablo Iglesias ha abogado incluso por no beber productos de la marca. Lo hizo en una acto con trabajadores de Coca-Cola también el pasado mes de diciembre.


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