La infanta Cristina, absuelta en el caso Nóos

Manos Limpias pedía para ella una condena de 8 años de prisión.

Cristina de Borbón en una fotografía de archivo.
Cristina de Borbón en una fotografía de archivo.
AFP PHOTO/Jaime Reina

La infanta Cristina ha sido absuelta este viernes por la Audiencia de Palma de la acusación de colaborar en dos delitos fiscales de su marido, Iñaki Urdangarin, por la que fue juzgada en el caso Nóos.

La infanta, juzgada junto a su esposo a instancias de Manos Limpias, que pedía para ella una condena de 8 años de prisión, ha sido sentenciada a pagar junto a Urdangarin 265.000 euros en calidad de corresponsable civil a título lucrativo.

La hermana del Rey había consignado ante el juzgado los 587.413 euros en que la Fiscalía cifró su responsabilidad a título lucrativo, algo que hizo su defensa a finales de 2014, más de un año antes de que empezara el juicio.

También ha resultado absuelta Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres, el socio de Urdangarin, aunque igualmente el tribunal la considera responsable civil a título lucrativo de forma solidaria con su marido por un montante de casi 345.000 euros.

Cuando prestó declaración como acusada ante el tribunal, la infanta Cristina se amparó en la "confianza" que tiene en su marido, Iñaki Urdangarin, para explicar su participación al 50% en la sociedad Aizoon que fundaron juntos y dijo creer "plenamente en su inocencia". "Todo lo que hacíamos estaba controlado", dijo sobre la creación de Aizoon en 2003.

Negó haber participado en la gestión o en la administración de Aizoon así como haber tenido jamás cuentas en paraísos fiscales, salvo la que ahora utiliza en Suiza por residir en Ginebra.

Declaró que las decisiones las tomaba su marido, que ella no tenía poderes en la sociedad, ni recibía sus extractos bancarios, ni tampoco usaba la tarjeta visa corporativa a su nombre ("la custodiaba él"), ni asistió a ninguna junta, aunque su rúbrica aparece en las actas: "Me las pasaban a la firma y por la confianza que tenía en mi marido y en sus asesores, las firmaba".

La crearon "para canalizar los ingresos derivados del trabajo profesional en asesoría y consultoría" de su marido y sobre por qué ella firmó como copropietaria ha dicho: "Por confianza, así me lo pidió y yo lo acepté".

El abogado defensor de la infanta, Pau Molins, aseguró en su alegato final en el juicio que la infanta ha sido víctima durante "los últimos años" de "una masa de prejuicios" y que "Aizoon representaba un papel marginal en la vida de doña Cristina", por lo que atribuirle conocimiento de la actividad de la empresa que administraba su marido solo se explica tergiversando los hechos.

"La tesis de que estaba especialmente cualificada resulta poco menos que inverosímil cuando se atiende a sus circunstancias personales", dijo Molins al tribunal y recordó que la hermana del Rey es madre de cuatro hijos y que entonces participaba en actividades institucionales de la Casa Real, trabajaba en la fundación de la Caixa en materias de cooperación internacional y, por todo ello, realizaba "continuos desplazamientos".

Dijo que esta "intensa vida personal, profesional e institucional" constituía un impedimento para estar al tanto de la actividad de Aizoon, por lo que la empresa que compartía con Iñaki Urdangarin estaba por completo en manos de su marido y de sus asesores.

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