Zapata dice que usó un chiste que oyó de pequeño para debatir sobre los límites del humor

Ha negado ante el tribunal que pretendiera ofender con su mensaje.

El concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata durante el juicio en la Audiencia Nacional.
El concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata durante el juicio en la Audiencia Nacional.
EFE

El concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata, a quien se juzga este lunes por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo al reproducir en su perfil de Twitter un chiste sobre Irene Villa, ha negado ante el tribunal que pretendiera ofender con su mensaje, que explicó como algo que él escuchaba de niño y que utilizó dentro de un debate que se desarrollaba en esta red social sobre los límites del humor.


La Fiscalía no acusa al edil, que únicamente se enfrenta a la petición ejercida por una acusación popular ejercida por la asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia (DyJ) -Manos Limpias que en principio estaba personada, ha desistido-. La asociación pide para él un año y ocho meses de prisión.


El mensaje sometido a juicio este lunes en la Audiencia Nacional decía: "Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos". Otros mensajes de Zapata incluidos en el escrito de acusación señalaban "¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero", "Rajoy promete recuperar la economía y a Marta del Castillo" y "Los judíos son el mal, meme poderoso a la par que inútil. Grillo no lo peta por eso, pero es interesante".


El concejal ha insistido durante su declaración que condena el terrorismo y "para nada" es antisemita. Ha explicado que el tuit sobre Irene Villa iba entrecomillado en su cuenta de Twitter "porque citaba un chiste que escuchaba cuando era más pequeño", quizá por la proximidad de su barrio con el lugar donde se produjo el atentado contra Villa y su madre por parte de ETA.


El motivo de utilizarlo fue entrar en un debate generado en esta red social a raíz de una polémica relacionada con el director de cine Nacho Vigalondo sobre los límites del humor. Su intención era, según ha explicado Zapata durante el interrogatorio del fiscal, demostrar como puede "desdibujarse" en este medio el sentido de un chiste, que según ha apuntado "puede no ser gracioso" pero tiene una "formulación de exageración".


"Con sujetos sometidos a dolor en unos determinados contextos, estos mensajes producen mezcla de angustia e hilaridad y como mecanismo de defensa", ha explicado.


El juicio ha comenzado a celebrarse pese a que la defensa de Zapata, que ejerce el abogado Eduardo Gómez Cuadrado, ha planteado una cuestión previa solicitando que se anulara por no considerar a la Audiencia Nacional competente en este caso, al no ser su cliente miembro de ninguna organización terrorista.


El presidente de la Sala, Alfonso Guevara, la ha rechazado alegando que lo juzgado tiene una "evidente" relación con una posible humillación a las víctimas del terrorismo. El magistrado también ha rechazado aportar al sumario dos nuevas pruebas solicitadas por DyJ, consistentes en un reportaje del diario 'La Razón' sobre víctimas del terrorismo que dicen haberse sentido humilladas por Zapata y varias cartas remitidas a la asociación en el mismo sentido.

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