Íñigo de la Serna, un conocedor del territorio para gestionar obra pública

La nacionalización de las autopistas quebradas y la apertura del transporte en tren, entre los retos del nuevo ministro de Fomento.

Íñigo de la Serna
Íñigo de la Serna

El nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, llega al Ministerio desde la Alcadía de Santander que ocupa desde 2007, y en su nueva responsabilidad deberá gestionar el parón que registra la obra pública estatal o el riesgo de quiebra que presentan algunas infraestructuras como un lote de autopistas de peaje.


De la Serna, de 45 años de edad e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de profesión, llega a Fomento con conocimiento de los retos que presentan los distintos territorios del país, ya que durante tres años (entre 2012 y 2015) presidió la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), entidad de la que actualmente es vicepresidente.

Además, ocupa la Presidencia de la Red Española de Ciudades Inteligentes y de la Red de Ciudades Españolas por el Clima, y también del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE).

El nuevo ministro de Fomento forma parte del Comité Ejecutivo del Partido Popular de Cantabria y arrancó su trayectoria profesional en 1995 en el sector privado, como responsable del departamento de Hidráulica de la empresa de ingeniería Apia XXI, cargo que ocupó hasta 1999.


Posteriormente, en 2003, tras pasar por el gabinete del consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, accede a su primer cargo público como concejal de Medio Ambiente, Agua y Playas del Ayuntamiento de Santander.


En 2007 resulta elegido como alcalde de Santander con mayoría absoluta, cargo de la Administración Local para el que fue reelegido en 2011 y desde el que ahora da el salto a la Administración Central, al principal Departamento inversor del Estado.


Autopistas quebradas y Ave Parado

De la Serna toma las riendas de Fomento en medio de un parón de la obra pública. En lo que va de año, el Ministerio acumula un descenso del 26% en la adjudicación de nuevos contratos de obras, que en el caso de las de AVE se hunde hasta un 59,5%.


De su lado, la licitación de nuevos proyectos presenta un leve avance del 2,4%, y suma una inversión de unos 2.200 millones de euros, pero gracias al repunte experimentado en las labores de mantenimiento de carreteras y a pesar de desplome del 75% que se anota la correspondiente a trabajos en líneas de Alta Velocidad.

Entre los retos que ahora tendrá que afrontar como ministro, figura la quiebra y el riesgo de liquidación de un conjunto de ocho autopistas de peaje, dos de las cuales el Ministerio ya se ha comprometido a asumir antes de julio de 2017.


En este sentido, el nuevo ministro también tiene como tarea pendiente desbloquear un conjunto obras del AVE, que actualmente están paralizadas ante los problemas y sobrecostes que han surgido durante la ejecución de los trabajos. Se trata de trazados del AVE a Extremadura, de la Variante de Pajares de AVE a Asturias, de la 'Y' vasca y de la conexión AVE a Galicia.


En el capítulo de transportes, el titular de Fomento deberá decidir si sigue adelante con el proyecto de apertura a la competencia en el transporte en tren que dejó listo el anterior equipo que lideró la actual presidenta del Congreso, Ana Pastor, y gestionar el crecimiento del tráfico aeroportuario tras la privatización parcial de Aena en la anterior Legislatura.

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