Por 4 millones de dólares se estropeó el debate

Estaba siendo relativamente tranquilo y sirvió para que España supiese que Rajoy tiene un tractor.

El presidente del Gobierno, rodeado de fotógrafos al final de la sesión de ayer.
Rajoy pone límites a los acuerdos
Ballesteros/Efe

Por cuatro millones de dólares se ha estropeado un debate que estaba siendo relativamente tranquilo y que ha servido para que España supiera que Mariano Rajoy tiene un tractor y que está mejorando como community manager.


El ritmo monótono de las réplicas del candidato del PP a los portavoces del grupo mixto, incluso la calma de la primera parte del discurso de Rafael Hernando, se rompió cuando citó dos palabras: "señor Iglesias".

Se la tenía guardada el representante del grupo popular tras las acusaciones de la mañana; "delincuentes en potencia" les llamó el líder de Podemos.


Le había advertido Hernando mediante gestos al propio Iglesias, antes de subir a la tribuna de oradores: moviendo los brazos y las manos parecía decirle "te voy a dar", dialécticamente hablando, claro. E Iglesias, sonriente, le contestó con gestos parecidos, lo que venía a ser algo así: "¿Tú a mí? ¿Me vas a dar?".


Y le dio. "Usted, señor Iglesias, ha usado el nombre de España para ponerse a la venta de dictadores y regímenes como el de Venezuela e Irán", espetó el portavoz del PP para irritación profunda del grupo de Unidos Podemos, especialmente del núcleo duro de Iglesias. Si hubieran podido, Irene Montero, Íñigo Errejón, Rafael Mayoral y Pablo Bustinduy se habrían enfundado dialécticos guantes de boxeo.


Iglesias, en cambio, a lo George Foreman, el legendario boxeador al que parecía que no le afectaban los golpes, esperaba tranquilo su momento.


Su momento fue pedir a la presidenta del Congreso que por vulneración del honor le dejara hablar, y citó textualmente esa mención a Venezuela y a Irán. Pero Ana Pastor le negó la palabra e Iglesias, enfurecido, comenzó a gritar sin micrófono. Todos comenzaron a gritar sin micrófono.

La presidenta preguntó a Hernando si retiraba sus declaraciones. "Señorías, por cuatro millones de dólares, gracias".


Se abrió la tierra bajo los pies de los diputados de Unidos Podemos, y en medio de un ensordecedor griterío, con Bustinduy, Mayoral y Montero con un solemne cabreo con Pastor, Iglesias se levantó y animó a todos a que se fueran.


Y se fueron. Cuatro millones de dólares tienen la culpa.


Cuatro millones de dólares son algo más de tres millones y medio de euros. Por ese dinero el tractor de Rajoy se hizo chatarra.

Lo del tractor del presidente en funciones viene porque hoy se ha destapado como poeta, o como constructor de rimas, o por ser más rigurosos, ripios. "Si quieres grano, Aitor, te dejaré mi tractor".


Ese Aitor es Aitor Esteban, el portavoz del PNV, quien le había lanzado antes todo un reto, una rima alambicada que ni Rubén Darío y Lope de Vega juntos: "Si bien me quieres, Mariano, menos leña y más grano".

En política estos "piques" rimados tienen significado, y Rajoy se encargó de explicarlo: el tractor lo sacó para transmitir al PNV que va a trabajar por el entendimiento entre ambos partidos, por un diálogo fértil que se traduzca en acuerdos.

"Yo utilizaré el tractor", o en otras palabras también de Rajoy: "yo voy a trabajar" por el consenso.


Si fuera un tuit, el ripio del presidente sería letal y definitivo.

A lo mejor porque, como había reconocido unas horas antes, en un duelo con Pablo Iglesias repleto de giros casi mordaces, el líder del PP descubrió otra faceta: "En Twitter estoy mejorando, y en los sms me manejé peor, pero en esto también estoy mejorando".


Esa mejora la demostró luego al darle un consejo ni más ni menos que a Iglesias, experto tuitero: "Con 140 caracteres se pueden hacer muchas cosas, pero en el Parlamento intentar convencer a los demás siempre es mejor".


En el Congreso, hoy, donde por cierto ha tenido lugar la primera votación de la investidura (Rajoy no la ha superado como estaba previsto y tendrá que esperar a la del sábado), se han conocido otros papeles escondidos del líder del PP. Francesc Homs le ha llamado "mago" y Joan Baldoví le ha considerado ni más ni menos que "un héroe".


Ambos lo han argumentado de modo similar: para el catalán es de "magos" poder ser presidente de nuevo "sólo con la amenaza de unas terceras elecciones"; para el valenciano, es un "héroe" por estar "en las puertas de ser presidente sin mover nada".


Pero Twitter no ha reventado la Bolsa del Congreso hoy. Google se ha llevado un buen pellizco gracias a Pablo Iglesias y su recuerdo a a la Cruz de Borgoña. A su juicio, Aitor Esteban sabía bien de qué hablaba, pero no Albert Rivera, quien "seguro que tiene que mirarlo en Google".

La alusión ha ofendido al presidente de Ciudadanos, y hasta un vídeo le ha cazado diciendo supuestamente un taco que empieza por g, algo que luego él ha negado. Haya o no haya buscado en el buscador de buscadores, la Cruz de Borgoña es una bandera que se remonta a tiempos imperiales. Ya puestos...

En fin, que cuatro millones de dólares han podido con tractores, magos, héroes y banderas, y hasta con Antonio Hernando, el diputado que hizo bandera del no y hoy ha enarbolado la abstención.


Y con Pedro Sánchez, misterioso de nuevo con su voto del sábado, que, por cierto, tendrá que pronunciar a viva voz porque así se vota en la investidura.

Su voto, sí, es un misterio. Que Rajoy sea presidente ya no lo es. A partir del sábado, al tractor.

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