“Mi madre, del PP, me animó a ser apoderado de Unidos Podemos”

María Luisa Lamata y su hijo Kiko de la Rosa pasan la jornada electoral juntos en un colegio de votación del Centro de Zaragoza. Ella representa a los populares y él, a la coalición de izquierdas

Maria Luisa Lamata y Enrique de la Rosa, madre e hijo apoderados del PP y de Podemos IU respectivamente
Maria Luisa Lamata y Enrique de la Rosa, madre e hijo apoderados del PP y de Podemos IU respectivamente
José Miguel Marco

“En casa discutimos más por el fútbol que por la política”, confiesa María Luisa Lamata, que durante toda la jornada electoral de este domingo ejerce como interventora del PP-PAR en el colegio electoral habilitado en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro, en Zaragoza. La suya no es ni mucho menos la única familia en la que el voto está repartido entre las opciones más opuestas, pero lo curioso de su caso es que en ese mismo colegio ha coincidido con su hijo, Kiko de la Rosa, que a su vez es apoderado de Unidos Podemos. Es más, fue la madre, implicada en el PP “de toda la vida”, la que animó a su vástago a apuntarse para esta tarea y a hacerlo en ese colegio. “Así me haces compañía”, le dijo para convencerle.


Fue el último empujón que necesitó Kiko para involucrarse en el desarrollo de las votaciones de este 26-J, aunque ya fue apoderado en las municipales de 2015, en ese caso en representación de Zaragoza en Común. “Estuve en Delicias y allí hubo bastante jaleo, pero hoy está todo muy tranquilo”, afirma. Y eso que el Centro es un feudo de los populares, algo que se nota no solo en el recuento de papeletas, sino también en el número de supervisores de cada formación, explica. “A primera hora nos hemos hecho una foto de familia todos juntos: los del PP, PSOE, Ciudadanos y nosotros”, cuenta como muestra del buen ambiente que se respira pese a que sus respectivos partidos se juegan hoy mucho.


Y en su caso particular, la foto ha sido familiar literalmente, ya que por primera vez han coincidido madre e hijo en el mismo colegio. “Estoy encantada”, dice la madre, a pesar de que Kiko se ha decantado siempre por unas posturas ideológicas muy alejadas de las suyas. “Lo llevo muy bien. Para mí es buena persona y aunque tenemos diferencias, nos respetamos, porque no podemos pensar todos igual”, comenta. Reconoce que a vez surgen roces, pero nunca pasan a mayores: “Al final, nos damos un beso y lo zanjamos todo”.


“Tenemos una relación muy buena y mis padres entienden perfectamente que tenga otras ideas, hay diálogo”, coincide Kiko, que añade que “las cenas de Navidad son muy tranquilas” en casa de los De la Rosa-Lamata. Sus hermanas también votan en la Confederación y admite que entre ellas también “hay de todo”, pero que la armonía entre ellos siempre prevalece.


De hecho, María Luisa reconoce que no es la política el asunto que más tensiones genera entre los miembros de la familia, sino el fútbol, ya que están divididos entre los que van con el Real Madrid y los que animan al Barcelona. Madre e hijo vivirán en directo esta noche el recuento en su colegio electoral y después cada uno se marchará a casa. “Nos llamaremos para comentar los resultados”, dice Kiko. Y por lo que parece, en su análisis reinará la deportividad, más que cuando se juega el clásico del fútbol español.

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